Capítulo 93: Recuperando lo nuestro.
Unos pasos descendiendo las escaleras le indicaron que Leonardo también había escuchado. Apareció en la sala con el cabello revuelto, la camisa aún desabrochada y una expresión sombría en el rostro.
—¿Qué quieren ahora? —gruñó en voz baja, aún adormilado.
—No lo sé —respondió Alanna sin emoción—. Pero parece urgente.
Leonardo abrió la puerta y, sin siquiera esperar una invitación, Bárbara y Sabrina entraron a la mansión con su aire de superioridad habitual.
—Vaya, qué cambio —comentó Bárbara con una sonrisa burlona, paseando la mirada por la sala antes de fijarla en Alanna—. Pensé que las noches en esta casa te sentaban mejor, pero veo que me equivoqué.
Sabrina la inspeccionó de arriba abajo con una mueca de desaprobación.
—Sí, te ves terrible recién levantada. Qué pena… hay mujeres que necesitan más esfuerzo para lucir decentes.
Alanna, que aún estaba sentada en el sofá con su taza de té en la mano, alzó la mirada con total calma.
—Es cierto —dijo con frialdad, esbozando una sonrisa