Faltaba solo un día.
El ambiente en la empresa era distinto, cargado de emoción y expectativa. Desde temprano, los empleados hablaban animadamente sobre la esperada integración anual, que este año prometía ser más lujosa que nunca. A media mañana, todos recibieron una notificación en sus correos corporativos: una presentación elegante con el logo de la compañía anunciaba los detalles del evento.
> “Lugar: Playa privada El Marfil.
Actividades: Team building, retos deportivos, cena al atardecer y velada junto al mar.
Código de vestimenta: ropa cómoda y traje de baño.
Hora de salida: 7:00 a.m. desde la sede principal.
¡Nos vemos allí!”
Las reacciones no tardaron en llegar: risas, gritos de emoción, comentarios sobre la arena blanca y las fotos que se iban a tomar. Pero para Alanna… fue diferente.
Ella bajó la mirada al leer el nombre del lugar. Su mano tembló ligeramente, apenas perceptible. Sintió cómo un escalofrío le trepaba por la espalda, como si alguien hubiera susurrado un recuerd