198.
Sirius se vistió lentamente con el mono oscuro que encontró en las gavetas, y Ángel se lo quedó mirando, con una fuerte sensación en el pecho, algo que lo incomodaba.
Salomón no podía salir con ellos. Aparte de que el suero inhibidor parecía haber golpeado más fuerte en su ser, sus alas y sus cuernos eran demasiado evidentes. Caminar por los pasillos llamaría demasiado la atención, así que Ángel le indicó el camino que debía tomar para llegar al túnel. Una vez ellos obtuvieran la información suficiente, Siri tal vez lograría escapar por alguna otra de las salidas cubiertas por el velo. Pero Ángel debía regresar por el mismo camino.
—Hay algo que no tiene sentido —le contó el muchacho, después de que había terminado de vestirse—. Alicia nos contó que el hijo de Mordor tampoco podía traspasar el velo, porque el suero inhibidor era demasiado débil para contrarrestar sus genes de transformista… pero fue él quien nos derribó.
Ángel volteó a mirar a Salomón, que asintió.
—Volábamos. El ejér