Sofía siempre creyó que su vida sería un cuento de hadas, que encontraría al amor de su vida y construiría una familia perfecta. Su único propósito era ser una esposa ejemplar, obediente y hacer feliz a su marido. Pero cuando su mundo se desmorona de la forma más dolorosa, Sofía se enfrenta a una realidad cruel que nunca imaginó. Después de perdonar los errores de su esposo una y otra vez para mantener intacto su matrimonio aparentemente perfecto, Sofía regresa a casa empapada en llanto, con la ropa rasgada y el alma partida en mil pedazos, esperando encontrar consuelo en los brazos de su esposo. Sin embargo, se encuentra con una escena que la sume en un profundo dolor. En su propia cama matrimonial, descubre a su esposo con una mujer joven y deslumbrante. Para empeorar las cosas, él la desprecia y le exige el divorcio, dejándola sin hogar y sin un centavo. Sofía se encuentra perdida y sin saber qué hacer. Toda su vida ha sido criada para ser una buena esposa, pero ahora se enfrenta a la realidad de que esa imagen de perfección se ha desvanecido. Mientras Sofía lucha por encontrar su camino en las peligrosas calles de su ciudad, conoce a Lucas, un exitoso empresario hotelero que también ha experimentado el dolor de la traición y la decepción en el amor. Aunque Lucas parece tenerlo todo, hay una oscuridad en su pasado que lo persigue. ¿Sofía será capaz de descubrir su verdadero valor más allá de ser una buena esposa?
Leer másSofía Navarro, una hermosa joven de cabellos rizados un poco más abajo de sus hombros color castaño con tintes cobrizos cuando brilla el sol sobre ella, de rostro redondo y de mejillas infladas y sonrojadas, con ojos redondos y grandes, de color avellana que brillan llenos de vida.
O brillaron alguna vez...
Porque su mirada cargada de felicidad ha sido apagada, sus ojos intensos y llenos de vitalidad ahora parecen tener un velo gris, manchados por las lágrimas cristalinas que no dejan de caer de su rostro húmedo e hinchado de tanto llorar.
Sofía corre, o eso intenta con las pocas fuerzas que le quedan en su pequeño y delgado cuerpo que ha sido ultrajado en contra de su voluntad.
El rostro de su abusador, ese hombre sádico de rostro perfecto pero maligno jamás se borrará de su memoria, esa sonrisa despiadada y llena de lujuria, clavándole sus ojos negros llenos de deseo impuro a su piel enrojecida por su brutalidad.
Sus manos grandes y callosas rasgando su vestido favorito, ese que le había regalado su esposo en su quinto aniversario y que amaba usar en las tardes soleadas y que ahora solo era jirones que caían sobre su magullado cuerpo.
Sofía rengueó, huyendo de la escena, el hombre se había cansado de jugar con ella y la había dejado tirada en una calle oscura y muy alejada de su hogar, a la merced de los peligros de la noche, aunque Sofía sabía que lo peor había sido ese monstruo y no la calle desconocida.
La joven castaña a duras penas llegó a su hogar, miró la puerta de la casa que había construido junto con su amado esposo Victor Blackthorn, el amor de su vida y el yerno que sus padres tanto habían deseado para ella.
Sofía suspiró y se limpió las últimas lágrimas de su rostro con su brazo y entró con sigilo, no quería que su esposo la viera así, no debía, ella era una esposa perfecta y siempre sonriente, Lucas no la podía verla en ese estado demacrado.
Caminó con sigilo escaleras arriba con la intención de ir directamente al baño a restregarse su piel hasta que quedara en carne viva si fuera necesario, cuando escuchó ruidos en el cuarto matrimonial.
"Que extraño, suele estar dormido a esta hora" Se dijo a sí misma y volvió sobre sus pasos, apoyando su oído contra la puerta del cuarto.
Unos ruidos extraños la alarmaron, parecían quejidos bajos de dolor.
¿Su esposo se sentía mal? Debía ayudarlo, él siempre había sido su prioridad.
-Cariño ¿Estás bien? - Exclamó la joven mientras abría la puerta del cuarto.
Sofía esperaba cualquier cosa menos lo que estaba viendo frente a sus ojos.
Su esposo estaba completamente desnudo de pies a cabezas montando salvajemente a una mujer de piernas largas que se enroscaban alrededor de la cintura estrecha de su hombre.
Los gemidos de ambos llenaron sus oídos, aún no se habían dado cuenta de su presencia.
-Mi amor...- apenas pudo decir, con el corazón roto, no solo su alma se había roto en mil pedazos hace tan solo una hora, ahora también su corazón.
-¡Cariño!- exclamó su esposo alejándose de la mujer.
Sofía observó a la amante tapar con muy poco esfuerzo su cuerpo con las sábanas de su noche de bodas, era notoriamente más joven que ella y mucho más hermosa claro, se notaba que se cuidaba mucho, su rostro era perfecto y ni hablar de su cuerpo de ensueño, uno que estaba muy alejado de su cuerpo delgado y venido abajo por los años.
-¿Qué haces aquí tan temprano?- preguntó con molestia su esposo mientras se colocaba su ropa interior- Dijiste que no vendrías hasta al menos pasada las 10 de la noche.
-¿Esa es tu excusa?- preguntó con dolor
-No te hagas la sorprendida Sofía, siempre supiste de mis amoríos.
-¿De tus amoríos? ¿Hay más?
El hombre puso los ojos en blanco mientras se abrochaba la camisa.
-Por favor Sofía, siempre has hecho la vista gorda a todo, con tu sonrisita estúpida y tu "Si amor", todo esto es en parte culpa tuya.
-¿Y tú?- exclamó con la voz quebrada, sintiendo que las lágrimas volvían a caer- ¿Quien hace la vista gorda ahora? ¿No ves en qué estado estoy?- exclamó extendiendo sus brazos, mostrando los moretones en sus muñecas, su vestido con un bretel roto y con la falda descosida, el moretón en su mejilla izquierda y su labio sangrando por una mordida cruel, además de las marcas de labios en su cuello y escote. – Ni siquiera eres capaz de mirar más allá de tu nariz. Me han lastimado y no te importa….
El hombre la miró de arriba hacia abajo con total indiferencia, sin mostrar ni un poco de compasión.
-Eso ya no es mi problema.
-¿Qué quieres decir?- preguntó confundida, intentando acercarse a su esposo quien se alejó de ella como si fuera una enferma contagiosa- Mi amor... Por favor- suplicó la joven.
-Realmente agradezco que me hayas descubierto, no veía la hora de terminar con esto.
-¿Qué dices?- exclamó desesperada, tomando de la camisa a su marido, pero este se alejó con crueldad haciéndola caer al suelo.
Sofía se arrastró, perdiendo por completo la poca dignidad que le quedaba luego del cruel asalto.
-Quiero el divorcio Sofía.
-No no, Víctor, por favor- lo agarró de sus piernas- No podemos divorciarnos, ¿Que van a decir tus padres y los míos? ¿Qué van a decir tus amigos?
Sofía escuchó como la mujer, que aún seguía muy cómoda en su cama, se burlaba de ella.
-Cariño, ¿Cuándo se va a ir la pesada de tu mujer? Me muero de ganas de seguir- ronroneo
-Ya mismo mi amor- habló con cariño su esposo, como hace años no lo hacía con ella.
El hombre sacó de arriba del armario una valija y metió toda la ropa hecha un bollo de Sofía en ella.
-¿Qué haces?
-Te enviaré el papel del divorcio y espero que lo firmes cuanto antes ¿Me oíste?
Exclamó tomándola con fuerza del brazo y arrastrándola fuera de la habitación.
-Por favor, mi amor, puedo perdonarte esto, hagamos como si nada- suplicó la mujer que intentaba agarrarse de las paredes sin éxito. - No puedes hacerme esto. ¿Me vas a dejar en la calle, así como si nada? ¿Ya no me amas? Víctor, por favor escúchame…
El hombre no la escuchó, arrojándola fuera de la casa con brusquedad junto con la valija que se abrió tirando todas sus cosas, mojándose con la lluvia que había comenzado.
Víctor cerró la puerta con llave y traba, no sin antes decir:
-¿Realmente creíste que luego de que alguien más te tocara querría seguir siendo tu esposo? Me das asco.
-Meli…-¿Si?-¿Ya es tarde para hacerme para atrás?Melisa no pudo evitar reírse con fuerza del disparate que decía su amiga.-Si cariño, ya es tarde, tu prometido te está esperando en el altar- rió divertida, mientras le acomodaba la cola del largo vestido blanco de su amiga. – No vas a salir corriendo ahora como novia fugitiva ¿O sí?-Es que… siento que me voy a desmayar- exclamó nerviosa, ventilándose con sus manos.-¿Qué es lo que te tiene tan nerviosa? Ya se vieron hasta el apellido, esto es solo formalidad.-Ay cállate- la golpeó en la cabeza- es que…- se mordió el labio- ¿Y si me veo ridícula?Melina abrió la boca sorprendida, mirando de arriba hacia abajo a su querida amiga.La castaña llevaba el pelo suelto porque se había negado a hacerse un peinado rebuscado y complicado, dejando que sus bucles cayeran a los costados de sus hombros, en la parte de arriba de su cabeza llevaba una pequeña tiara con piedras brillantes del mismo color verde que sus ojos. El vestido solo ajustab
Lucas llegó destrozado a la casa luego de la muerte de su padre. El magnate solo deseaba ser abrazado por su amada y que le dijera que todo iba a estar bien, aunque él sabía que no era cierto. Su padre había partido para siempre, pero aún estaba Victoria y su hijo. La piedra en su zapato que seguramente destruiría lo que alguna vez deseó con Sofía. Entró a la casa arrastrando los pies y se hundió en la oscuridad, sin ganas de encender la luz, no se sentía merecedor de nada. -¿Sofí?- exclamó con fuerza para que la joven pudiera escucharlo en toda la casa, imaginando que ya se encontraba acostada a esa hora de la noche. No recibió respuesta y sin alarmarse entró al cuarto, pero cuando vio que la cama estaba vacía y sin rastros de que su amada estuvo durmiendo allí, ya que la cama estaba perfectamente hecha, entró en pánico. En tan solo unos segundos ya había recorrido todas las habitaciones de la casa, sin encontrar a su amada. Ahora si estaba en pánico, la llamó, pero no atendió y
Sofía tocó el timbre de la casa de su difunto suegro de forma insistente sin obtener una respuesta.Impaciente, le habló directamente al comunicador.-Vamos Victoria, sé que estás aquí, hablemos por favor- exclamó tratando de no sonar amenazante.-¿Cómo sabe…?- murmuró la rubia, quien la estaba observando desde la cámara de seguridad.-Victoria…- suspiró la castaña.-Estás loca si crees que te voy a dejar pasar- sentenció la mujer.Sofía se giró hacia la cámara y exclamó:-Hay un par de cosas que deberías saber, créeme que lo mejor es que hablemos, ¿O prefieres que lo hable con Lucas primero?Victoria se puso nerviosa al ver que esa mujer la miraba directamente a través de la cámara.Quería mandarla a la mierda, pero algo dentro suyo le dijo que lo mejor sería escucharla. Un presentimiento la invadió y no era para menos, porque la rubia había estado inquieta los últimos días, desde que su suegro había estado internado, temiendo que todo su futuro se fuera por la borda con la muerte de
-Te espero aquí- exclamó Melisa, preocupada por lo que estaba por hacer su jefa.-No te preocupes Meli, vuelve al hotel. Yo de aquí me voy a casa a hablar con Lucas, esto no puede seguir así.-¿Estás segura de lo que vas a hacer? Aunque ese hombre esté débil es una mala persona no sé si…-No te preocupes- La interrumpió- Gracias Meli, pero puedo con esto- sentenció dándose vuelta y caminando apresurada por el pasillo hacia la sala de terapia intensiva, rogando que no sea demasiado tarde.-Señorita, no puede estar aquí- exclamó una enfermera, interponiéndose en su camino.-Soy pariente del señor Montenegro- exclamó con tranquilidad.-¿Parentesco?-Soy su nuera- Sofía odio decir esto, aunque fuera verdad, ni ella ni él querían serlo.- ¿Cómo se encuentra él?- dijo con una falsa preocupación.-Él está consiente, pero está crítico… debe saber que no le queda mucho tiempo.Sofía tuvo que esforzarse por no suspirar aliviada al saber que no le quedaba mucho de vida a ese monstruo.-¿Puedo pas
-Es aquí- Exclamó Melisa, frenando frente a la puerta blanca con el cartel que decía “Laboratorio”-Meli, no creo que esto sea una buena idea…- exclamó la castaña.Pero Melisa no la escuchó y golpeó la puerta con fuerza, bajo la mirada de sorpresa de la mujer, que miró hacia todos lados paranoica, lo que menos quería era hacer un escándalo y que seguridad las echara a patadas de la clínica.Luego de golpear un buen rato, finalmente el joven que Melisa había visto hablar con Victoria se asomó con expresión de fastidio.-Si ya tiene un turno espere a ser llamada- sentenció cerrando la puerta, pero Melisa interpuso su pie, bajo la mirada de sorpresa del hombre.-¿Pero qué?La joven empujó hacia dentro, metiéndose en el laboratorio, con Sofía detrás, quien quería salir corriendo de allí.“Esto se está poniendo feo” ´Pensó nerviosa, y agradeció que no hubiese más personas dentro.-¡Este es un lugar restringido al público! ¡No pueden entrar aquí! ¡Voy a llamar a seguridad!- Amenazó el joven
El día del turno con la obstetra para ver cómo avanzaba el embarazo había llegado, y Melisa estaba en la oficina de su jefa y amiga, esperando a que estuviera lista para acompañarla, como había prometido.-¿Estás lista?- exclamó la joven- Lucas ya salió a su reunión, creo que si hacemos rápido podemos volver antes de que él regrese.-Si… ya estoy- exclamó, viendo que Melisa estaba por salir de su oficina- Espera Meli, antes de que vayamos, quería darte algo.Melisa cerró nuevamente la puerta y se giró hacia su jefa.-¿Qué es? No me digas que papeleo porque me largo a llorar- Bromeó.La castaña rió y le dio una caja rectangular, que Melisa tomó entre sus manos.-¿Puedo abrirlo ahora?-Por favor…Emocionada, la joven levantó la tapa y se encontró con una placa dorada con su nombre.-¿Y esto?-Tu placa de secretaria presidencial.Melisa se quedó mirando el objeto dorado que decía su nombre extrañada, hasta que logró procesar lo que su jefa le había dicho.-¿Secretaria? ¿Eso significa?...
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