“Dúplex”
«A decir verdad, ya no volví a pegar el ojo.
No pude.
No quise.
Entre la desconfianza y el embeleso, no bajé la guardia con mi profesor durmiendo a mi lado, ni por un minuto.
Roncó como bebé y se abrazó a mi abdomen dejándome en la posición más incómoda.
Me pasé lo que quedó de la noche tendida en el suelo, carburando en las palabras de un borracho.
Fui advertida, pero me pesó asumirlo.
A nadie en su sano juicio le gusta admitir que el destino le fue develado. Que es cuestión de días o semanas para que todo aquello que perjuraste jamás te dolería, acabe envenenándote como la mordida de una cobra.
¿Cómo procesar que mi propia hermana pueda repudiarme por esto?
No hubo forma de hacerlo y eso no me ha dejado dormir.
El puto y frío piso. El hombre a mi costado. Mi hermana. El desmadre de vida que tengo, que tanto amo y que tanta mierda me va a traer.
Su jodida llegada me desveló por completo. Pero fingí dormir profundamente cuando a las horas él se despertó.
Se quejaba, gruñí