“Pasarelas”
—¿Cuándo te voy a volver a ver?
Estaciona frente a mi edificio pero no le quita el bloqueo automático a la portezuela.
—Ábrela —le ordeno con impaciencia. Sabe que no me gusta el encierro así, impuesto. Lo sabe y me jode sobremanera que le valga un cuerno.
—Te voy a abrir de piernas donde sigas mirándome de esa forma deliciosamente provocadora —estira la mano sujetando mi barbilla—. ¿Cuándo te voy a volver a ver, mi vida?
Pasa el pulgar por mis labios hinchados y enrojecidos ya que no me privé de besarlo durante el trayecto de regreso, de tocarlo por todas partes, de hacer y deshacer mientras sus manos grandes y ásperas se centraban en el volante y nada más.
—Durante algunos días va a ser imposible —lamo la yema de su dedo y chupo cuando lo mete a drede en mi boca.
—El viernes te quiero en mi clase —sisea en tono prepotente y candente
—¿Vas a subir a las gradas y me vas a toquetear como la primera vez? ¿Por eso tu insistencia?
—Seguramente lo haga —replica con su expresión