La mañana apenas comenzaba a abrazar la casa de Olivia, con la luz suave del sol filtrándose por las ventanas del salón. Pero la paz se rompió en un instante cuando un grito atravesó el aire, sobresaltando a todos dentro.
¡BANG!
La puerta principal fue pateada con fuerza.
—¡No puedo soportarlo más! ¡Ustedes dos son la pareja más egoísta que he conocido! —gritó Shopia Joy mientras irrumpía sin invitación, con el rostro rojo de rabia y los ojos encendidos.
Olivia, que estaba preparando el desayuno en la cocina, saltó sorprendida, al igual que Hunter, que acababa de salir de la habitación de Joe tras asegurarse de que el adolescente estuviera dormido después de los eventos de la noche anterior.
—¿Shopia? —Olivia corrió hacia la sala—. ¿Qué está pasando?
Shopia se plantó en medio de la habitación, toda su presencia irradiaba furia. Su cabello estaba despeinado y sus ojos ardían de resentimiento.
—¡No finjas, Olivia! —chilló Shopia—. ¡Anoche me enteré de que Joe—mi hijo—se escapó de esta c