Daniel se quedó paralizado, con los ojos abiertos de par en par mientras observaba a Olivia firmar el documento que le había entregado Hunter Jackson. Apretó los puños a los lados, como si luchara por no intervenir.
—¿Señorita… de verdad va a firmar ese papel? —preguntó, con la voz temblorosa de incredulidad.
Olivia se giró lentamente, con el rostro sereno, aunque el dolor era claramente visible en sus ojos. Inspiró hondo, como obligándose a tragar una realidad amarga.
—No tengo opción, Daniel —susurró—. Ahora mismo, lo único que me importa es asegurarme de que mi hija esté a salvo.
Con una mano firme, aunque temblorosa, le devolvió el archivo a Hunter. En un instante, Sophia Joy lo arrebató con avidez, su sonrisa se ensanchó como si acabara de ganar una batalla.
—Por fin… así de fácil es convertirse en la jefa —se burló con una risa sarcástica, sus ojos brillaban de triunfo al encontrarse con los de Olivia.
Olivia no respondió. Simplemente negó con la cabeza, rehusándose a dignar a S