Leonardo
Capítulo dos: Página cinco
El mensaje apareció de golpe, en la pantalla iluminada que rompió el silencio entre Alonso y yo.
“Capítulo dos. Página cinco. Lo que ella nunca te dijo.”
No había número. Solo palabras. Precisas. Como un bisturí que corta donde más duele, sin titubeo.
—¿Es de ella? —preguntó Alonso en voz baja.
Negué con la cabeza. Clara nunca fue críptica. Cuando quería decir algo, lo decía. A veces con ternura. Otras, con la misma frialdad con la que cerró la maleta. Pero jamás así. Jamás dejando pistas.
—¿Te había llegado algo antes?
—No. Es el primero.
Alonso estiró la mano.
—Déjame verlo.
Le mostré la pantalla. No dijo nada, pero noté cómo se le tensaba la mandíbula. Un músculo apenas vibró bajo su oreja.
—¿Quién lo escribió? —murmuré, más para mí que para él—. ¿Quién sabe tanto como para jugar con esto?
Él no respondió. Pagó la cuenta con la rapidez de quien necesita escapar antes de que lo alcance algo que ya lo está alcanzando. Salimos sin una palabra más