Leonardo
Las palabras de Clara, resonando en la distancia, habían sido el ancla que necesitaba. "Esto es grande, Leo. Más grande de lo que pensábamos." La confirmación de que Sofía era el topo, la revelación sobre la "Operación Fénix" y la mención de los "cimientos" que Markus Weber había plantado en mi mente, todo apuntaba a una verdad más profunda y oscura. No podía quedarme en Zúrich, lamiéndome las heridas por una suspensión injusta. La batalla no era solo mía; era nuestra. Y el lugar de Clara era a mi lado, y el mío a su lado.
Mi decisión fue inmediata. Tenía que volver a Madrid.
A la mañana siguiente, me presenté en la oficina de la Dra. Karen Eisenberg. Su rostro, aunque serio, mostraba una determinación férrea. Las pruebas que le había entregado sobre Sofía Ramos habían provocado un terremoto interno en la clínica.
—Dr. Leiva —dijo, su voz controlada—. Hemos iniciado una investigación interna exhaustiva sobre la Dra. Ramos. Las pruebas que nos ha proporcionado son irrefutables