Capítulo 58.
POV: Carlos
El hospital olía a sangre seca y desinfectante. El pitido de los monitores marcaba cada segundo como una amenaza. Camila estaba en la cama, pálida, con su vientre lleno de cables, sudor en la frente y los labios secos. Cada vez que la miraba sentía que el mundo se me caía.
No podía perderla. No podía perderlos.
La puerta se abrió y entró León. Traía la cara dura, pero los ojos cargados de tensión. Puso una carpeta sobre la mesa sin rodeos.
—Ya lo tenemos —dijo.
Abrí la carpeta. Documentos impresos, capturas de pantalla, movimientos bancarios. Nombres conocidos.
—¿Quién? —pregunté.
—Tomás Beltrán, del equipo de Martín. Vendió información. Recibió dinero de Javier Rueda, el secretario del gabinete. El dinero viene de cuentas de la empresa fantasma.
Lo dijo sin adornos. Directo. Exacto. No quedaban dudas. Los traidores estaban dentro.
Sentí el estómago encogerse. Tomás siempre estaba cerca, invisible, tomando notas, pasando desapercibido. Y Javier… un hombre que sonreía en ca