Dante Voss, un hombre astuto, leal como amigo he implacable como enemigo. Así lo define su amigo Ashton Smith. En este libro contaré la historia de Dante, el compañero inseparable de Ashton (Mi doctora privada) la historia de amor entre él y y la rubia laboratorista , Helen. Muchas de mis seguidoras me pidieron que escribiera esta historia, así que espero complacerlas, a las que no han leído mi otro libro les invito a que lo hagan, espero que disfruten ambos.
Leer másUN AÑO ANTES...
–¿Puedo ayudarte? –¡Dios santo amado!-se tocó Helen el pecho y suspiró profundo –¿Siempre apareces así de la nada? Dante sonrió y siguió caminando en dirección a donde estaba ella. Ambos estaban en el parqueo de la clínica donde ella trabajaba. –Que te puedo decir, soy un hombre de recursos –le contestó escuetamente Dante. –Si buscas a Megan, se fue hoy temprano. –No, ya sé eso, pasé a...saludar a Rodrigo, ¿qué tiene tu carro? –le preguntó al verla nuevamente batallando con él. –No sé, cuando llegué hoy por la mañana estaba bien y ahora no quiere arrancar. –¿Sabes algo de carros? –le preguntó Dante curioso. –No, absolutamente nada. –Y entonces porqué estas ahí parada con el capó levantado, ¿esperando a que te hable o qué? –le dijo un poco en tono de burla. Helen lo miró con cara de pocos amigos –solo miro a ver si encuentro algo raro –contestó finalmente entre dientes. –Bueno yo tampoco entiendo poco o nada así que mejor lo dejamos ahi, puedo mandar a alguien por él y yo llevarte a tu casa. Helen después de pensarlo unos segundos terminó por aceptar, después de todo ese hombre no era un completo desconocido para ella, sabia que trabajaba con Ashton Smith, el novio de su mejor amiga y compañera de trabajo y además sabia que se llamaba Dante, con toda esa información ¿Qué podria salir mal? –Esta bien, acepto –finalmente dijo Helen. Caminaron juntos hasta el carro de Dante. "Es enorme"–pensaba Helen mientras caminaba a su lado –"Y tiene una hermosa piel bronceada, ese color café con leche que tan bien le combina con sus ojos negros y su cabello rizado y..." –Es este –le dijo Dante refiriéndose a su carro y sacándola de sus pensamientos –tengo que pasar por un sitio primero pero es algo rápido. –Ok, no hay problemas con eso, puedo esperar. Salieron ambos rumbo a el lugar a donde Dante tenía que ir, efectivamente él solo demoró unos minutos y luego volvió al carro donde Helen aguardaba por él. –Listo –le dijo Dante –dame ahora tu dirección. Ambos iban camino a casa de Helen en total silencio, ella muy disimuladamente iba detallando a Dante nuevamente. "Es un hombre grande" –pensaba ella –"me imagino que debe de estar en el 1.90 o casi, musculoso y...y…" –Tienes un color de piel hermoso. –¿Perdón?-le preguntó Dante asombrado sin quitar la vista de la carretera. Helen saltó del susto, para ella estaba hablando en silencio, pero no, lo dijo en alta voz, tanto que Dante pudo escucharla. -Yo em...yo no dije nada. –Déjame decirte algo señorita... –Helen, mi nombre es Helen –se apresuró ella a responderle. –Eso, Helen, pues déjame decirte algo, Helen, soy el tipo que puede oler una mentira a kilómetros de distancia y creéme, eres pésima mintiendo –le comentó sin inmutarse ni despegar la vista del camino. –Ok, ok, tienes razón, soy demasiado sincera, cuando trato de mentir de todas maneras se me sale la sinceridad por los poros. Dante sonrió. –Solo dije que tenías un bonito color de piel –y no pudo evitar sonrojarse por su propio cometario. –Gracias. –¿Hace mucho que trabajas con Ashton? –Bastante. –¿Y...y es buena persona? A ver, te lo pregunto porque Megan es mi mejor amiga y no quiero verla sufrir –Helen hablaba sin respiro –ya sé que eres su amigo y por supuesto que no vas a hablar mal de él pero espero que entiendas mi preocupación. –Tranquila, es buen tipo. Helen lo miró seria, ¿cómo es posible que no se inmutara por nada? –¿Siempre eres tan escueto? –terminó preguntándole ella. –¿Siempre eres tan bocona? –le refutó él. Helen abrió los ojos y la boca por igual –¡No soy bocona!, soy una persona normal –alzó la voz –que puede entablar una conversación con otro ser humano medianamente inteligente. Dante perdió la paciencia, giró el timón y sacó el carro de la carretera, estaban en un lugar desolado que solo se veía campo a ambos lados del camino. –Solo estoy tratando de hacerte un favor –le dijo por primera vez mirándole al rostro –lo menos, ¡lo mínimo!, que puedes hacer es callarte la puta boca, ¡durante todo el puto camino! Se quedaron ambos mirándose fijo, Dante por primera vez se fijaba en sus ojos azules que se le notaban más por los lentes de aumento que usaba, sus labios era carnosos y bien definidos y al igual que su amiga Megan no usaba nada de maquillaje. –¡No tengo porqué tolerar tu mal carácter! –le gritó Helen safándose el sinturón de seguridad y saliendo del carro. Dante se quedó sentado sin moverse, por unos segundos pensó en seguir camino, pero después declinó la idea, era un lugar muy desolado para dejarla sola a su suerte. Así que salió con total calma del auto. –Te voy a dar 5 segundos para que regreses –dijo con firmeza Dante –¡Cuatro! –¡Dijste que eran cinco! –le gritó Helen. –¡Tres! Helen no sabía que hacer, era orgullosa pero no loca, estaba en el medio de la nada, no iba a llegar a ninguna parte caminando, esa era la realidad. Retrocedió los pocos pasos que habīa caminado y se paró frente a Dante, a pesar que la diferencia de tamaño era significativa lo miró fijo al rostro. –Eres un engreido, un mal educado, un... Dante en un rápido movimiento le agarró el rostro y con su enorme cuerpo la apricionó contra el carro. –Eres peor que un grano en el culo –le dijo pegando su rostro al de ella –eres una puñetera matraca que no para de sonar, en menos de una hora lograste que mi recerva de paciencia quedara en cero. Ambos se miraron fijo, era un duelo de miradas, el azul de ella contra el negro de él. —No creo que tengas ni un gramo de paciencia acumu… Dante no le dio tiempo a decir nada más, simplemente le robó un beso, y no un beso cualquiera ¡no señor! ,uno muy apasionado, enroscó su lengua en la de ella y le succionó su labio inferior. Helen de momento se quedó petrificada pero poco a poco fue relajándose y lejos de molestarle empezó a disfrutarlo. Dante se separó de ella solo para observar la expreción en su rostro. –¿Te gustó? –preguntó él. Helen solo tragó grueso y se limitó a asentir. Dante pensó por un momento en dejarlo ahí, en simplemente meterse en el carro nuevamente y llevarla a su destino, pero no pudo, no pudo escapar del embrujo de esos ojos azules y esa boca medio abierta que lo invitaba a tomar más de ella. –Si sigo no podré parar –le susurró Dante al oido. –Entonces no te detengas –le contestó ella y él, sin dudarlo ni un segundo, se volvió a adueñar de su boca.Anuk no podía creer lo que estaban viendo sus ojos al abrir la puerta de su apartamento, ¡era su hermano!, su hermano mayor el cuál llevaba cuatro años muerto, del que solo pudieron velar unas cenizas porque supuestamente el cuerpo quedó en pésimas condiciones. -¿Puedo pasar? -Si, si claro, lo...lo siento, es que estoy muy imprecionada. -Lo sé -sonrió Andrés -ya no sé si a estas alturas fue buena idea regresar. -Siéntate por favor, ahora mismo hay miles de dudas y de preguntas en mi cabeza, tantas que no sé ni por donde empezar –le comentó la muchacha sinceramente. -Bueno, déjame resumirte algunas cosas y después si tienes alguna duda me preguntas lo que quieras. *** -¿Preocupado? Romanov suspiró profundo. -Un poco, no te lo voy a negar-le respondió a Ashton. -Eso que me contaste de la muchacha policia, creo que no lo deberías de desechar por completo. Romanov miró a Ashton y a Brandon como si fueran un bicho raro. -¿Ahora en vez de whisky te tomas la orina de
–¿Puedo saber que significa esto?–¿Señor Romanov? –preguntó ella.–El mismo que viste y calza.–La Salle, detective Anuk La Salle –le dijo la muchacha extendiéndole la mano.–¿A que debo el honor? –contestó él sin inmutarse ni devolverle el saludo.–Bueno, voy al grano.–Eso espero –contraatacó él.Anuk lo miró con mala cara, se notaba que no estaban a gusto ninguno de los dos.–Usted es el máximo representante de este puerto ¿verdad?–No soy el dueño absoluto pero si, digamos que soy la cabeza que sobresale entre las otras.–Bueno, el tema aquí es que su puerto está en el medio de una investigación.–Romanov la miró asombrado –¿Y eso sería por...?–Verá, hay una investigación en curso porque hemos recibido denuncias sobre un individuo que se hace llamar "El nazi" y está dominando algunos negocios de la ciudad, comenzó con los pequeños y medianos pero ya tenemos noticias de que se está metiendo con los grandes y es ahí donde entras a esta ecuación.Romanov arqueó una ceja.–Creo q
–¿Cómo va el caso? –Nada, un pozo sin salida –se rascó la cabeza –nadie lo conoce. –Anuk, este caso es importante y te lo di a ti porque a pesar que eres una detective joven y con poca experiencia confío en ti. –Y yo sé lo agradezco señor –le contesto sería la muchacha –le prometo que haré todo, absolutamente todo lo que haga falta para resolverlo. –Bien, me alegra escuchar eso –dio media vuelta y se marchó. Anuk soltó todo el aire que había retenido durante los cinco minutos más largos de su vida, era una joven detective y le habían dado un caso importante y no quería fallar, “El nazi” así se hacía llamar ese escurridizo criminal que estaba azotando a la ciudad. No era un mero ratero, no, iba a lo grande, quería tener acceso a los grandes y más importantes negocios y vaya que lo estaba consiguiendo. *** –Buenos días mi niño. -Buenos días Nani –le dio Ashton un beso en la frente como siempre solía hacer. –¿Te preparo algo de desayunar? –Si porfa estoy esperando a Dante. –B
–Mamá, por favor, no quiero un espectáculo aquí, es un día especial para todos –le comentó bajito a la señora que evidentemente era su madre. –Solo por respeto a Megan voy a callarme pero te he dicho mil veces que la relación que tienes con ese hombre no te traerá nada bueno y mucho menos dejar a Matias cerca de él. –Dante lo quiere mamá y para Matias ese el único padre que conoce. –¡No es su padre! –dijo alzando un poco la voz, miró a todos lados antes de continuar hablando para serciorarse de que tanto la habian escuchado –Matias tuvo un excelente padre, que desgraciadamente perdió en ese trágico accidente. Helen sonrió un una amargura enorme en su rostro. –Si claro, un excelente hombre –dijo de manera irónica –Andres Peralta era intachable. –Mejor me voy –le contestó su madre –ya mi dia se arruinó pero no quiero aruinárselo a nadie más, aquí tienes Megan, es para la niña, es algo sencillo pero no queria que pasara el dia por alto. –Gracias señora Gilmore –respondió Megan ama
UN AŃO ANTES… A Helen le temblaba todo el cuerpo, llevaba mucho tiempo sin intimar con un hombre, había sido víctima de una violación unos años atrás, lo más triste del caso es que fue su propio difunto esposo quien abusó de ella, eso es extremadamente dificil de asimilar, se necesita tiempo, mucho tiempo y eso fue lo que se autoconcedió. Solo se concentró en su trabajo y en su pequeño hijo, pero también se prometió que el día que apareciera un hombre en su vida con el cual no se sintiera incómoda o sucia, con el cual volviera a sentirse mujer no lo iba a dejar pasar y eso era lo que estaba ocurriendo es ese momento. –¿No te molesta que lo hagamos aquí? –le preguntó Dante mientras que le desabrochaba la blusa y le acariciaba los pechos. A Helen se le fue un gemido de puro placer, ¡que le importaba a ella el lugar! ,si ese hombre estaba logrando lo que por años nadie pudo. –No importa el lugar –finalmente susurró –solo la compañia. Dante esbosó una leve sonrisa, he inmediatemente
UN AÑO ANTES... –¿Puedo ayudarte? –¡Dios santo amado!-se tocó Helen el pecho y suspiró profundo –¿Siempre apareces así de la nada? Dante sonrió y siguió caminando en dirección a donde estaba ella. Ambos estaban en el parqueo de la clínica donde ella trabajaba. –Que te puedo decir, soy un hombre de recursos –le contestó escuetamente Dante. –Si buscas a Megan, se fue hoy temprano. –No, ya sé eso, pasé a...saludar a Rodrigo, ¿qué tiene tu carro? –le preguntó al verla nuevamente batallando con él. –No sé, cuando llegué hoy por la mañana estaba bien y ahora no quiere arrancar. –¿Sabes algo de carros? –le preguntó Dante curioso. –No, absolutamente nada. –Y entonces porqué estas ahí parada con el capó levantado, ¿esperando a que te hable o qué? –le dijo un poco en tono de burla. Helen lo miró con cara de pocos amigos –solo miro a ver si encuentro algo raro –contestó finalmente entre dientes. –Bueno yo tampoco entiendo poco o nada así que mejor lo dejamos ahi, puedo mandar a algui
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