–Mamá, por favor, no quiero un espectáculo aquí, es un día especial para todos –le comentó bajito a la señora que evidentemente era su madre.

–Solo por respeto a Megan voy a callarme pero te he dicho mil veces que la relación que tienes con ese hombre no te traerá nada bueno y mucho menos dejar a Matias cerca de él.

–Dante lo quiere mamá y para Matias ese el único padre que conoce.

–¡No es su padre! –dijo alzando un poco la voz, miró a todos lados antes de continuar hablando para serciorarse de que tanto la habian escuchado –Matias tuvo un excelente padre, que desgraciadamente perdió en ese trágico accidente.

Helen sonrió un una amargura enorme en su rostro.

–Si claro, un excelente hombre –dijo de manera irónica –Andres Peralta era intachable.

–Mejor me voy –le contestó su madre –ya mi dia se arruinó pero no quiero aruinárselo a nadie más, aquí tienes Megan, es para la niña, es algo sencillo pero no queria que pasara el dia por alto.

–Gracias señora Gilmore –respondió Megan amablemente.

Gilda Gilmore, que ese era el nombre de la madre de Helen abandonó la fiesta sin mirar atrás.

–Por lo que veo tu mamá no sabe de la misa la media ¿no?

–Ni ella ni nadie –miró fijo a Megan –solo contigo me he sincerado.

–¿No crees que deberías decirle? Quizás cambie su criterio para con Dante.

–No Megan, mi madre nunca va a dejar de pensar así, es clasista, solo le interesan las apariencias, es triste pero es mi realidad.

–Vaya, se nota que tu suegra te adora, no más te vio y se largó –le dijo en tono de burla Ashton a Dante.

–Hijo, ¿porqué mejor no sigues jugando con tus amiguitos? –habló Dante con Matias.

Matias asintió y Dante lo bajó para que siguiera corriendo por todo el jardin.

–Si fuera por mi ya le hubiese metido una bala en el culo a esa vieja estirada.

Todos se echaron a reir, estaba el piquete completo, Ashton su hermano Brandon, Rodrigo y Romanov que ya a estas alturas se había convertido en uno más.

–No creo que sea peor que la mia –dijo Brandon entre risas.

–Bueno, al menos la tuya tiene motivos –le dijo su hermano Ashton –tenemos una historia pasada con los Sforza pero esta es por puro capricho.

–Por eso yo no me amarro a ninguna –intervino Romanov.

–Ya llegará la indicada –le respondió Rodrigo – a todos nos llega.

–Hablando de todo y de nada –intervino Brandon –¿Qué se sabe del tipo ese que anda ganando terreno en todo los negocios de la ciudad?

–La verdad es que poco o nada –respondió Romanov –le llaman “ El nazi” pero nadie sabe quién es en realidad, tiene muchos secuaces que son los que hacen el trabajo sucio y los que dan la cara.

—¿Y tus puertos? –preguntó Ashton

—Bajo mi control y espero que así sigan.

—Salud por eso muchachos –alzó el vaso Rodrigo y todos los secundaron.

La ceremonia fue muy hermosa, finalmente Alma se convirtió en ahijada oficialmente de Dante y de Helen, aunque realmente eran más que eso, eran una gran familia.

–Tu madre no me soporta –le dijo Dante ya estando en la casa de vuelta, había llegado hacía ya una media hora.

–Lo siento –le contestó ella bajando la cabeza –no se adapta a la idea.

–¿Y tú? –le dijo serio mirándola a los ojos –¿Tú si te has adaptado? ¿No te molesta vivir con un mafioso, con un asesi...?

–Calla –habló poniéndole los dedos sobre sus labios –no lo digas, tú no eres eso, tú eres el mejor hombre que he conocido y el mejor padre que puede tener Matias, eso es lo único que cuenta para mi –se secó una lágrima –sé que tienes una vida un tanto...particular, pero yo te acepté y no te quiero cambiar, para mi eres perfecto, así, tal cual.

Dante achicó el poco espacio que había entre los dos y le dió un beso apacionado –yo nunca te he engañado –casi que susurró –no quería hacerte lo mismo que hizo Ashton con Megan, por eso te lo dije todo, bueno o casi todo, soy un mafioso y estoy en esto desde niño prácticamente –se separó un poco de ella y respiró profundo.

–¿Sabes de donde es mi apellido?

Megan negó con la cabeza.

–Alemán, ahí nací yo.

–¡Vaya! , eso si es una sorpresa –dijo asombrada Helen sentándose en la cama.

–Pues si, mi madre era Indú, por eso mi color de piel, viajó a Alemania a estudiar y ahí conoció a mi padre, se enamoraron y bueno, ya te imaginarás lo que sigue. Pues cuando yo nací al poco tiempo mi padre murió en un accidente, mi madre, sola, con un niño en brazos y sin un peso, emigró para acá, aquí vivía un hermano de ella, así fue como entré a este mundo, mi tío trabajaba para el padre de Ashton, él y yo nos hicimos amigos desde muchachos y mi tío me empezó a involucrar con ellos.

–¿Y tú madre? Supongo que no estuvo de acuerdo.

–No, claro que no, pero fue en parte la manera de retribuirle a mi tío lo que hacía por nosotros. Estudié–dijo sentándose a su lado –soy abogado aquí donde me ves –sonrió –el padre de Ashton me pagó los estudios y bueno…en parte se lo retribuí con mi trabajo.

–Es increíble como ahora es que me doy cuenta de la cantidad de cosas que no sé de ti.

–No soy muy de hablar y lo sabes –Helen asintió con la cabeza –cero emociones, cero apego, no puedes tener puntos débiles –sonrió a la nada –así fue como me criaron y así fue como he llevado mi vida siempre, hasta que llegaste tú –la miró fijo a los ojos –eres mi punto débil, tú y Matías lo son.

–¿Eso es bueno o malo?-preguntó Helen asustada.

–Es malo, me hace vulnerable –le acaricio el rostro a la muchacha –me hace desearte en todo momento, me hace querer meterte la verga nuevamente a penas te la saco –le susurró al oído –¿Y sabes que es lo peor?

–Negó ella perdida en el negro de su mirada.

–Que no quiero parar, que no quiero que esto acabe y si para eso tengo que protegerlos con mi vida lo haré, pero no quiero perderlos a ninguno de los dos.

–Y no lo harás –fue lo último que le dijo Helen antes de que Dante se colara entre sus piernas.