–Eres un bestia en la cama, mira como me dejaste toda marcada.
–Pero no me vas a negar que te gustó, porque gemías y gritabas como perra en celo.
Gilda sonrió –si, la verdad es que tengo que reconocer que estuvo muy bueno.
Maksim se levantó de la cama y comenzó a vestirse.
–Regreso a Alemania esta misma madrugada, así que quiero dejarlo todo coordinado.
–¿Qué quieres exactamente que vigile de Hanna?
–Todo, lo que menos te imaginas que es importante lo es, cualquier mensaje, cualquier conversación, en fin, todo. –se puso su saco –Te va a ofrecer un salario, como a cualquier otro trabajador, acéptalo, el dinero que yo te dije es aparte de eso.
–Ok, entonces cuando ella me llame te dejo saber –le dijo Gilda que también se había levantado de la cama y se había puesto una bata.
–No sé cuando pueda volver, pero cuando lo haga, quiero clavártela de nuevo.
Gilda se le acercó sonriente y muy sensual.
–Aquí estaré esperando.
DÍAS DESPUÉS...
–Hernán hombre, finalmente regresas –le dijo Romanov d