Mikkel terminó por ser convencido por Astrid para cenar esa noche con sus padres, el restaurante "Le Cénacle" era el más exclusivo de Copenhague, y esa noche, él habría preferido estar en cualquier otro lugar, al llegar, los Nørgaard lo recibieron con excesiva efusividad que le resultó agobiante.

—¡Mikkel, querido! —la señora Norgaard lo abrazó como si llevaran años sin verse, aunque lo habían visto apenas esa mañana— Astrid no ha dejado de hablar de ti todo este rato.

Astrid, se acercó y se aferró a su brazo, Mikkel suspiró, ya sabía que no lo soltaría en toda la noche.

—Cariño —susurró, pegando su cuerpo demasiado al de él— tenía miedo de que te arrepintieras de venir.

—Lo prometí, ¿no? —respondió Mikkel, cuidando que sus palabras porque si sonaban cortantes, Astrid se descomponía al instante,

El señor Nørgaard lo saludó con una palmada en la espalda que pretendía ser campechana pero que solo logró ser molesta.

—¡El yerno ejemplar! Sabía que no nos fallarías.

La cena fue un complet