Cap. 70 Debemos tomar una decisión
El caos mediático era absoluto. Los teléfonos de Lena y Hugo no dejaban de sonar, una cacofonía implacable de noticieros, periódicos, investigadores y fiscales.
La noticia había detonado como una bomba en el centro de la ciudad y las ondas expansivas llegaban hasta el corazón de la Mansión La Tormenta.
Sin embargo, dentro de la sala principal, reinaba una calma tensa y deliberada. Las horas de reunión habían dado fruto. Isabella, sentada a la cabecera de la mesa como la CEO que alguna vez fue, había tomado el mando de la situación con una frialdad impresionante. Frente a ella, dos carpetas delgadas, pero densas, descansaban sobre la madera pulida.
Alba la observaba, aún conmocionada por la rapidez y contundencia de su suegra. Ella había considerado planes, sí, pero siempre sobre la marcha, reactivos. Isabella, en cambio, había anticipado esto y ya tenía las piezas moviéndose en el tablero.
—Bien —comenzó Isabella, su voz clara cortando el silencio expectante.
—Desde que supe que Alba