Capítulo 149

No recuerdo el camino.

Solo flashes: el motor del auto rugiendo, la voz de Rosa llorando, mis manos aferradas al asiento, el miedo creciendo como una sombra viva.

Sentía el cuerpo liviano, distante, como si no me perteneciera.

Hasta que todo se fue apagando.

En el silencio que siguió, me encontré flotando.

No era sueño, ni vigilia.

Era como estar dentro de un eco, un espacio sin tiempo.

Delante de mí había sombras. Voces que reconocía, aunque no quisiera.

—No mereces ser madre —decía una.

—Eres débil, siempre lo fuiste —susurraba otra.

—¿De verdad creíste que podrías escapar? —la voz de Matías, inconfundible, cortante.

Intenté taparme los oídos, pero las voces venían desde dentro.

Luego vi a Sarah. Sonreía, perfecta, con esa expresión de burla que tanto me atormentó.

Llevaba en brazos un bebé envuelto en seda blanca.

—Mira lo que nunca tendrás —dijo con dulzura venenosa.

Quise gritar, pero no tenía voz.

La escena cambió
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP