Mundo ficciónIniciar sesiónEsa noche, al llegar a casa, subí directamente a mi habitación. Encendí una pequeña lámpara y me senté frente al escritorio. Tomé el celular y abrí nuevamente la conversación con Matías. Todos mis mensajes seguían ahí, sin respuesta.
Escribí uno nuevo.Matías, sé que ya no quieres saber de mí, pero necesito decirte algo. No busco disculpas ni explicaciones, solo que sepas la verdad. Estoy embarazada.Mis manos temblaban. No lo envié enseguida. Lo leí una y otra vez, imaginando su reacción, el silencio que tal vez seguiría, o una respuesta fría que me partiera en dos.Cerré los ojos. Respiré hondo.Y entonces, lo envié.El mensaje se fue como un suspiro.No sabía si llegaría, si lo leería, si importaría. Pero, por primera vez, sentí que estaba haciendo lo correcto.Me recosté en la cama, acariciando mi vientre apenas perceptible. El miedo seguía ahí, sí, pero junto a él, había algo nuevo: una especie de fuerza silenciosa, un deseo profundo de proteger






