Aimunan
Me miré en el espejo del baño; los dones curativos eran mi fuerte, pero ver a través de las emociones de las personas era sin duda una de mis capacidades que más me agotaba. Y si la persona era un alma oscura, el desafío era mucho mayor.
El señor Dongming era esa alma oscura, difícil de acceder. Podíamos ver el pasado, descifrar el presente y predecir el futuro, sin embargo, el futuro no venía con un manual de exenciones. Se podían prevenir ciertas cosas, pero jamás cambiar el destino; tarde o temprano pasaría de todas formas.
Por lo poco que pude ver, él nunca me aceptaría, primero por ser el amor de su hijo y segundo porque mi raza inferior lo humillaba.
Pero había algo más: el atentado de Corea no fue para matar a su hijo, sino a su propio padre. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, porque esa no fue su primera vez. Sentí miedo, porque sabía esconderlo muy bien; era como un acero protegiendo sus emociones. Pero también era muy egocéntrico al mostrarlo sin problemas, es