La mañana fue mas fria de lo normal, la niebla cubria los arboles de moras que se podian observar a la distancia. El galope indico el regreso de Francisco, al alba. Constanza le habia pedido que evitara viajar durante la noche pero el estaba demaciado ansioso por regresar a casa y festejar las buenas noticias. Los negocios habian ido bien, mejor que bien, habia encontrado un mercante que habia incrementado de forma increible su riqueza haciendo viajes a Las Americas.

-Es arriesgado, pero las personas estan dispuestas a pagar lo que sea por las cosas exoticas- le habia dicho cuando Francisco le habia preguntado sobre esos largos y peligrosos viajes.

El viento soplaba violento, los arboles venian arrastrados por esa agitacion. Las señales eran claras pero Constanza estaba concentrada en las anecdotas de Francisco para darse cuenta que algo iba a pasar.

Elizabeth se habia despertado en su cama, como siempre, pero a su lado estaba Rebecka, con sus cabellos desordenados y sus labios i