Amelie Manson
Octavio repetía una cantidad de instrucciones que se paseaban por mi mente sin hacer mayor efecto. Solamente pensaba en Damián y en mis hijos. Ellos ocupaban todo mi pensamiento últimamente, y la verdad, Feldman Corporated era de lo último que quería encargarme.
—Amelie, debes revisar con detenimiento cada documento que llegue a esta oficina. Posiblemente, en alguna firma se hayan desviado los fondos del desfalco.
Moví mis dedos sobre el escritorio y me encogí de hombros.
—No estoy interesada en que se aclare, ¿sabes? Este no es mi lugar. Ni siquiera es una empresa mía. Toda mi vida he luchado por los demás, dejando a un lado mis propias ilusiones.
—Te entiendo, Amelie. Es mi trabajo, lo hago a diario —dijo Octavio mientras acariciaba mi mano. Me contraje al instante.
—Pero tú decidiste hacerlo. A mí, prácticamente me están obligando.
Octavio suspiró.
—Entiendo cómo funcionan las cosas con los Feldman, pero créeme, los comprendo a la perfección. Hace unos años, esta emp