Julie se soltó del brazo de Sean despacio, como si le doliera desprenderse pero necesitara hacerlo. No lo miró del todo, solo bajó la vista y murmuró con una voz suave que apenas despegaba del pecho.
—Gracias.
Sean entreabrió los ojos. El cansancio y la tristeza acumulados le nublaban el gesto, pero no la intención.
—¿Por qué me agradeces?
Julie se acomodó la bufanda.
—Por volar hasta Londres solo para llevarme a Nueva York…
Eso no lo hace cualquiera.
Sean la observó con cuidado, evitando que el aire se tensara.
—Por ti haría lo que fuera, Jules.
Ella sonrió apenas. Estaba por responder algo más cuando el celular de Sean vibró sobre la mesa.
La pantalla mostró un nombre que apagó la sonrisa de Julie al instante: *Savannah Rains*.
Julie giró el rostro hacia la ventana, fingiendo observar el cielo.
Sean notó el cambio, se arrepintió de haber mirado el teléfono justo cuando el silencio entre ellos comenzaba a suavizarse.
Atendió la llamada.
—Hola, Savannah.