Emily se sentó frente a su computadora, nerviosa, mientras hablaba con Luca por videollamada.
—Sean me pidió que lo coordine contigo —dijo con tono firme—. Va a estar en Londres el mismo día del vuelo, así que necesito saber a qué hora debemos estar en el aeropuerto.
Luca revisó el itinerario en su tablet y respondió:
—El jet saldrá de Farnborough a las 11:15 a. m.
Sean llegará a Londres la noche anterior.
Lo demás está listo.
—Perfecto —respondió Emily—. Me encargo de que ambas estemos ahí a tiempo.
***
Al día siguiente, en la oficina de Sell Publishing, Emily caminaba en círculos mientras Julie revisaba unos folletos de la campaña global.
Julie la observó por tercera vez, medio divertida.
—Emily, si no te detienes… mi estómago va a empezar a seguir tu ritmo. Y créeme, ya bastante tengo con lo que está pasando dentro como para que hagas que se revolucione afuera.
Emily se detuvo en seco.
Respiró hondo.
Se sentó frente a ella.
—Tengo que disculparme.