CAPíTULO 98. Un Desvío Irresistible.
—Tres semanas después—
La luz suave de la mañana se filtra por las cortinas, pero la atmósfera en la suite es cualquier cosa menos tranquila. Es densa, cargada de una electricidad que no tiene nada que ver con la mañana.
Alejandro está de pie frente al espejo, el torso desnudo, su piel tensa, y una venda blanca ajustada al hombro. La herida es un detalle menor para él en este momento; su atención está completamente capturada por la mujer que tiene a pocos metros.
Valentina está casi lista para el matrimonio de Andrés y Graziella, pero se demora en el tocador. Su vestido es una segunda piel de seda verde esmeralda, tan ajustado que roza lo prohibido. El escote halter dibuja una línea perfecta sobre sus clavículas, y la tela se aferra a sus curvas con una obstinación peligrosa.
Alejandro no puede apartar los ojos de ella. Se acerca, lento, casi felino mientras ella termina de dibujar el arco de sus labios con un color intenso.
Ella siente el calor de su mirada, levanta los ojos y lo enc