CAPÍTULO 101. Silencio Bajo el Dosel.
El arrebato de pasión en el mar ha dejado a Valentina y Alejandro exhaustos.
Flotan un momento, sus cuerpos desnudos moviéndose con las suaves olas, la respiración volviendo lentamente a la normalidad.
Ella ríe, un sonido de pura alegría que se siente nuevo. Se separan apenas unos centímetros y comienzan a juguetear. Alejandro la salpica con agua; ella responde sumergiéndolo por la cintura. Sus manos y bocas ya no buscan el clímax, sino la complicidad y la ligereza. La tregua no solo ha terminado, ha sido reemplazada por un juego infantil.
Valentina se apoya en su pecho, mirando la orilla.
—Tenemos que salir, o nos vamos a arrugar —dice ella.
Alejandro sonríe, y en un movimiento rápido, la toma por las rodillas y la levanta en brazos. La carga sin esfuerzo, un trofeo de piel y deseo.
—A la orden, mi señora —dice él.
Comienza a caminar hacia la arena blanca, sus pasos firmes. Valentina rodea su cuello con los brazos, riendo mientras siente el sol en su piel.
—No seas tan caballeroso, p