CAPÍTULO 45. Secretos en tinta.
Valentina toca la puerta con un nudo en la garganta. Esta se abre y aparece su padre, con una mezcla de sorpresa y alivio en el rostro.
—¡Valentina! —exclama, abriendo los brazos.
—¡Papá! —responde ella, corriendo hacia él y abrazándolo con fuerza.
Se quedan unos segundos en silencio, sintiendo la calidez del reencuentro.
—No puedo creer que estés aquí… —dice él, apartándose un poco para mirarla a los ojos.
—Tenía que verte, papá. Necesito hablar contigo —responde Valentina, con voz temblorosa.
—¿Qué te trae por aquí con tanta urgencia? —pregunta él, frunciendo el ceño, preocupado.
—Es… complicado, más que eso…es… realmente grave, papá.
Él asiente lentamente, intentando entender, y luego la toma de las manos.
— Ven , pasa, sabes que esta será siempre tu casa, hija ¿Y cómo te va… en tu matrimonio? —pregunta, intentando sonar casual, aunque la preocupación se nota en su voz.
—Papá… —Valentina suspira—, hay cosas que no sabes. Pero prometo contártelas a su debido tiempo.
Él la mira fija