Mi verdad.
Ariana Prescott. Bueno resulta que cuando me gradué de la universidad, yo encontré un cupo para hacer mis pasantías en la empresa de él, y fui secretaria de la asistente del presidente, con el tiempo ascendí, y cuando esto pasó el padre de Elián decidió darle paso a su hijo y yo me enamoré como una colegiala, y creí que fue mutuo. Con el pasar del primer año siempre me cuestione por qué nunca salíamos de la mano. El porqué jamás me llevó a un restaurante o un baile, bueno, si lo hacíamos, pero de manera diferente. —Me entiendes. Él niega, bueno, que él jamás me presentó más que como su asistente, siendo que casi todos sabían de nosotros. Prácticamente, vivíamos juntos, sus padres me conocen, pero como su asistente, la chica que es su mano derecha, hasta su hermano menor, Luca, con quien me llevó, bueno, me llevaba bien. Pero seis meses atrás él empezó a dejarme fuera de cenas y almuerzos de “trabajo” hasta que por los pasillos de la empresa los rumores se hicieron más y más fuertes. Que ella fue su novia en la universidad, que volvió y estaban retomando todo. Yo no lo enfrenté porque aún seguía siendo él mismo en privado y jamás me dejó fuera de su vida, bueno o eso creía. Sin embargo, el miércoles apenas él llegó a la oficina, no me saludó, me pidió que lo siguiera y sin anestesia, ni un lo siento; solo pidió que organizara una cena elegante y con lo mejor, porque le iba a proponer matrimonio a Sofía. . —Ya es hora de sentar cabeza y dejar la diversión con otras mujeres que no lo valen. — dijo— y yo solo respondí como si nada pasara. Y yo lo hice porque ese era mi trabajo, y mientras organizaba todo para su romántica pedida de matrimonio, también organizaba mi salida. Pero no sola, ya que, esa misma mañana, me había enterado de que seríamos padres, bueno, que yo sería madre. Él no me preguntó por mi ida al doctor, por el hecho de que por recomendación de él fui a revisión. No, preguntó nada y comprendí, justo en ese instante, que yo solo fui su puta de turno. Corro al baño porque unas ganas de vomitar mi desayuno me azotan, salgo del baño y me apoyo en la pared, me siento en el suelo y termino de contar todo, y para cuando termino de contarle un poco más de detalles a mi hermano, mi rostro está mojado por las lágrimas que ni siquiera sabía que había derramado. Mi hermano solo asintió y me abrazó fuertemente. —No dejaré que él los encuentre, vale, pequeña— asentí cansada por todo lo que volví, reviví y él sin esfuerzo me toma y me lleva a mi cama y sin darme cuenta me dormí. A la mañana siguiente desperté con más claridad, no podía quedarme llorando en un rincón por un maldito imbécil, que, aunque lo amaba con cada célula de mi ser, no le daría la satisfacción de verme muerta en vida. Y menos ahora que alguien más depende de mí, estabilidad. Me duché, me cambié por algo más cómodo y bajé a tomar desayuno. Me encuentro con mis hermanos ordenando la mesa y a mi padre terminando su desayuno especial. El cual debo decir que devoré, mi hermano Jeremy me mira extrañado, así que pregunto sin rodeos. — Bueno, sé que tengo cuernos, pero no pensaba que serían tan notorios— digo comiendo nuevamente. —Jajajajaj, no cabezona, pero ¿cómo te enteraste de tu embarazo? A eso, bueno, no me bajo por dos meses, me preocupé y resulta que estoy embarazada. —Y él no se dio cuenta, de tu embarazo. No. —Porque tenía ya a otra; grita mi subconsciente. —No se venía sintiendo muy bien, así que eso es lo último que sabrá. Jeremy solo asiente y ríe en voz baja, a lo que lo miro, pero sigo comiendo como condenada a muerte. Jeremy me mira y me apunta con su tenedor. Te has ganado el premiado “Pequeña loca”. Miro a mi papá buscando ayuda, pero él se encoge los hombros y ríe… Ni por qué estoy embarazada, me salvó de lavar los platos del desayuno, no obstante ellos levantan todo y solo me dejan el lavado como tal, lo empiezo a hacer y los recuerdos nuevamente llegan a mi mente, recuerdo cuando los fines de semana nos quedábamos en su departamento, mientras yo lavaba, él secaba y luego dejábamos todo él me tomaba y lo hacíamos el amor en ese lugar. Termino de revivir todo, solo porque mi padre me toca el hombro y salto por el susto. En su rostro se refleja preocupación, pero yo nada más asiento haciendo referencia de que estoy bien. A los minutos todos se marchan a sus respectivos trabajos y yo me quedo sola. Por primera vez en dos días me atrevo a encender mi celular, el cual tiene un millón de mensajes y llamadas perdidas, muchas de recursos humanos, compañeras y compañeros de trabajo, pero me detengo en una. MENSAJE LUCA MORETTI. ¿Qué pasó, Ari, Elián, está buscándote por toda Nueva York? Decido que él debe saberlo, siempre fue un buen amigo. LLAMANDO A … LUCA. Con más temblorosas marco su número… y al primer timbrado él contesta. L: Por fin, ¿dónde estás, Ari? — dice respirando aliviado. A: Hola - saludo con el alma en mi boca. L: que pasó, Elián está fuera de sí. A: me fui, él se casará con su exnovia de la universidad, Sofía, y nosotros salimos sobrando en esta ecuación. L: ¿Qué va a hacer, ¿qué? A: sí, como escuchaste, el día miércoles por la mañana me pidió que le organizara la cena de pedida de mano, así que espero que la recepción sea de todo su gusto. L: maldito imbécil. Pero podemos vernos. A: ya no estamos en la ciudad. L:Porque hablas en plural, Ari. A: porque seré mamá, así que decidí que lo mejor es hacer mi vida lejos. No quiero que él crea, que esto es para dañar sus planes. Él se casará con otra y punto. Y yo hago mi vida lejos de él, listo, todos felices y contentos. L: pero… yo no podré conocer a mi sobrino Ari. Ni sus abuelos, a sus nietos. A: es lo mejor, no quiero seguir siendo el sucio secreto del presidente ejecutivo. A: Y mi hijo merece crecer libre, y no en las sombras de los hijos del futuro matrimonio de él. No lo crees. L: sé que es así, pero duele saber que no podré conocerlos. A: Te mantendré informado. En un futuro no muy lejano, quizás puedas venir y conocerlo y dile a tu padre que lo siento mucho haber dejado el puesto así. Y terminó la llamada. Todos dirán que fui idiota por contarle todo, pero sé que él guardará el secreto. Después de mirar el móvil por unos cuantos minutos, decido que iré a conocer el lugar, el cual me albergará desde ahora. Tomo mis documentos y salgo a dar un paseo por el vecindario. Y a solo unos cuantos metros, vi un parque en donde había muchas familias, y un suspiro sale sin permiso de mi pecho y una molestia se instala en mi corazón, junto con un nudo en la garganta, ya que yo no podré darle eso a mi bebé. Una familia. En mi mente, se desbloquean nuevos miedos y los pensamientos en que le diré a mi bebe cuando sea más grande y me pregunté por su padre, qué le tengo que decir. . —Ah, eso, mira, hijo, mi error fue enamorarme de un hombre que solo me hizo su amante, que fui desechada hasta que llegó, la que sí merece ser llevada de la mano en público. Que ninguno de los dos nos ganamos esa exclusividad. Sacudo mi cabeza y despejo nuevamente mi mente. Sigo con mi caminata, veo vitrinas, oficinas y llego a un pequeño edificio en donde necesitan una secretaria, ingreso por inercia y cuando me doy cuenta, ya me encuentro en el ascensor subiendo a preguntar por el cargo. Para mi suerte, aún está vacante. Pregunto y me encuentro enviando mis documentos al joven de recursos humanos, quien solo asiente, mira y revisa algo. A los minutos me encuentro con los documentos que debo firmar para poder ingresar a trabajar desde el lunes. Antes de firmar, dejo todo sobre la mesa, lo miro, respiro profundo y le doy la información que podría cerrar muchas puertas. Perdón, pero yo estoy embarazada y esta tarde recién sabré el tiempo exacto, y no creo que sea ético de mi parte firmar para el puesto.