La idea había germinado en la mente de Isabella durante una de esas noches sin sueño que se habían vuelto demasiado comunes en las últimas semanas. Mientras paseaba por los jardines iluminados por la luna, recordó las palabras de Talia sobre el poder de las apariencias y las máscaras que todos llevamos. Si la reina Adelina insistía en jugar con las tradiciones y los protocolos como armas, quizás era hora de usar esas mismas armas contra ella.
"¿Un baile de máscaras?" Sebastián levantó la vista de los pergaminos que había estado revisando, una ceja arqueada con esa mezcla de fascinación y preocupación que Isabella había aprendido a reconocer como su expresión favorita. "Acabamos de sobrevivir al último. Literalmente."
"Precisamente por eso funcionará," Isabella se acercó a la mesa de su estudio, donde los planes para l