—Dile a Marcos que he notado que su esposa está haciendo "malabares financieros" torpes. Dile que yo sé exactamente cuánto dinero falta, hasta el último centavo. Dile que es decepcionante.
—¿Quiere que lo elimine?
—Al contrario. Quiero que se asuste. Quiero que piense que su esposa se ha vuelto codiciosa y descuidada, y que está poniendo en riesgo su propia cabeza. Quiero sembrar la discordia en su cama. Marcos presionará a Carmenza para tapar los agujeros, y Carmenza, acorralada por su marido y por mí, se volverá imprudente.
—Es una jugada arriesgada, señor. Carmenza podría quebrarse.
—Que se quiebre. Solo necesito que aguante diez días más. Y en cuanto a Valentina...
Nicolás dejó los cubiertos sobre el plato, perfectamente alineados.
—Dile que prepare mi declaración inicial.
—¿Qué dirá en el estrado?
—Diré la verdad —dijo Nicolás con una suavidad escalofriante—. Diré que yo, Nicolás Valente, estaba perdidamente enamorado de ella. De la sirvienta. Diré que tuvimos un romance tórrido,