–Harry, hace casi seis meses, en un momento en que pensé que no estaba muy a gusto en este lugar, decidí enviar unas hojas de vida a diferentes clínicas y hospitales, no solo de la provincia sino también a algunas de Ontario y de las provincias marítimas –Aileen era consciente de la manera seria y concentrada como la miraba el teniente mientras ella se esforzaba por darle suficiente credibilidad a su historia.
–Y mira que –continuó la encargada del faro–, sin que me lo hubiera imaginado, me llamaron de uno de estos sitios, en Halifax… y ahora quieren que vaya a trabajar con ellos.
–Bueno –dijo el teniente, mostrando una sonrisa divertida–, creo que su ofrecimiento ha llagado un poco tarde.
–Harry, sobre eso es que te quería hablar. He estado pensándolo, y creo que… creo que sería una buena idea aceptarlo.
El teniente miró a su alrededor antes de volver a hablar.
–¿Tú me estás diciendo que estás pensando en irte de Ucluelet?
Aileen vio en la expresión