Capítulo 568
Sin embargo, sentía las piernas pesadas como si arrastrara un gran lastre. Luciana no lo quería a su lado, estaba claro. ¿De qué servía forzarla? “Los hombres de verdad saben soltar”, se dijo. Si ella parecía más feliz sin él… no valía la pena insistir.

***

Dos días después, todo siguió su curso habitual. Luciana estaba segura de que la visita de Alejandro fue solo para disculparse, sin pretender nada más, y empezó a relajarse en su rutina.

Aquella tarde, cargaba un fajo de historias clínicas ya revisadas, lista para archivarlas en el departamento de registro médico. Al abrirse el ascensor en su piso, se encontró, para su sorpresa, con Alejandro y Mónica dentro. Ella iba en silla de ruedas, con un suero conectado en su brazo izquierdo.

Luciana desvió la mirada, sin saludar. Se disponía a esperar el siguiente elevador, pero Mónica, al verla, miró a Alejandro con curiosidad. Él frunció el ceño, salió del ascensor y sujetó el brazo de Luciana.

—¿Eh? —exclamó Luciana, sobresaltada.

Observó
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App