Capítulo 453
Simón, al verla tan afectada, se acercó con cautela:

—¿Estás bien, Luciana?

Ella negó con la cabeza. «“Bien” no era la palabra»; su pecho se sentía a punto de explotar. Se había enterado de que alguien a quien amó, y que la amó a ella, estaba enfermo… muy enfermo.

Sin saber cómo consolarla, Simón optó por llevarla de vuelta a Rinconada. Avisó a Felipe y Amy para que la atendieran. Luego llamó a Alejandro para informarle de todo, aclarando con énfasis:

—Luciana no fue a ver a Fernando; solo revisó su historial médico.

—Entendido —contestó Alejandro, colgando con el ceño fruncido. «¿Depresión? ¿Fernando sufre depresión?» Pensó con inquietud.

Esa noche, al regresar a Rinconada, Alejandro encontró a Luciana profundamente dormida. Se sentó al borde de la cama, notando el leve enrojecimiento de sus párpados, que indicaban un llanto prolongado. Sintió un nudo de celos y compasión a la vez. «Está llorando por otro hombre…»

—En fin… —susurró para sí, intentando serenarse—. Esta vez pasaré por a
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