EL SECRETO. (Lo que oculta un sonrisa) (Primer libro de la Trilogía) En todos los institutos siempre existe ese grupo conformado por: 1-La Nerd, 2-La Deportista, 3-La Novelista, 4-La Rebelde y claro está jamás falta 5-él o la líder del grupo. Ellos siempre se muestran ante los demás como si fueran personas muy importantes (Populares) y que casi nunca cometen errores, las personas solo saben lo que ven y lo que se comenta sobre ellos pero... En realidad ¿Qué sucede detrás de esas mascaras? Te presento a : Eliza Robins , Angel Cross, Helen Garcia , Alex Romero y Zury Hernandez. Un grupo muy peculiar a los que los otros adolescentes quizás no vuelvan a extrañar. Ellos eran todo y a la vez nada, eran la moda que gustó y luego se olvido. Eran como tú y yo, quizás mucho peor. °Registrado en Safe Creative.
Leer más8:30 pm. Casa
delosRobins.—Mamá te he dicho que no estoy lista cuando lo este, te avisare. —Arroja el teléfono a su cama, y suspira de manera pesada. Busca entre sus gavetas aquel maquillaje que su madre le dio como obsequio por sus calificaciones.
La puerta hace ese típico chillido cuando alguien la abre al entrar a su habitación.
— Agg, Mamá ya te lo dije ¡No estoy lista!—Toma su delineador y se observa en el espejo, queda atónita al notar aquellas figuras encapuchadas.
9:45 pm.
Ambas personas encapuchadas suben a un auto negro, con un conductor al cual no se le conoce el rostro ya que lleva puesta una máscara de payaso.
En la comisaria del estado llega una llamada anónima al policía Alfredo Casas.
— ¿Diga? —Como de costumbre lleva aquel uniforme que lo hace lucir un poco más serio de lo usual, su taza de café la cual nunca le falta estaba vacía.
—¿¡Que!? Es imposible, hace dos años y cinco meses que murió su último amigo. ¿Estás seguro que es Elisa Robins?, ¡Oh mi Dios! Esto se nos está escapando de las manos.— Cuelga el teléfono y frota su cabello con las manos, esta frustrado ya es la quinta vez que lo llaman por el mismo caso, y para el ya estaba cerrado.
Hace sonar los huesos de su cuello, y toma su teléfono una vez más para llamar a su compañera Reina. —¿Reina? Si, lo e escuchado. Necesito que encuentres algo en específico y lo traigas aquí.
Pasan unos cortos segundos cuando se escucha nuevamente su voz en aquel sitio tan solitario.—¿Como que su diario no está?, Ella siempre lo llevaba consigo. Está bien no te preocupes si lo encuentras avísame.
Cuelga, y suelta un suspiro de frustración.
—Lisa ¿Que
tantoescribíaseneseDiario?Aquella pregunta que suelta a los cuatro vientos es lo último que comenta antes de ser las 12 de la media noche.
La niebla se apodera de toda la ciudad y Alfredo solo puede pensar en esos cinco adolescentes que le causaban distintos sentimientos.
Levanta su mano para observarla frente a la luz y comienza a enumerar. —Primero Helen, luego Zury, le siguió Alex, Angel fue un accidente y por ultimo Elisa ¿que se traían estos chicos entre manos?—negó con su cabeza pensando y entonces vio una sombra al otro lado de la puerta, trago grueso y tomo su arma ¿quién podría andar por allí a tales horas?
Se levantó tratando de hacer el menor ruido posible, poso su arma de frente apuntando derecho y sin miedo a jalar del gatillo.
— ¿Quien anda allí?—comento apenas audible, era la primera vez que se enfrentaba a esta situación completamente solo. Ya que, la comisaria se encontraba vacía por las festividades navideñas.
La puerta trasera del lugar sonó y corrió tan rápido como pudo para atrapar a la persona, al llegar solo encontró la puerta meciéndose de adelante hasta atrás gracias a el viento.
Bufó y se encamino de nuevo a su escritorio, al estar a escasos pasos notó aquel diario sobre este. Miro a los lados en busca de alguien pero al no encontrar a nadie tomó el cuaderno y lo abrió, no tenia ni las más mínima idea de como había llegado el diario allí pero necesitaba respuestas y ese pequeño cuaderno con caligrafía corrida era el único que podía dárselas.
—Veamos que tanto escribías.
¿EL FIN?En la comisaria del estado llega una llamada anónima al policía Alfredo Casas.—¿Diga? —Como de costumbre lleva aquel uniforme que lo hace lucir un poco más serio de lo usual, su taza de café la cual nunca le falta está vacía.—¿¡Que!? Es imposible, hace dos años y cinco meses que murió su último amigo. ¿Estás seguro que es Elisa Robins?,¡Oh mi Dios! Esto se nos escapó de las manos. —Cuelga el teléfono y frota su cabello con las manos, está frustrado ya es la quinta vez que lo llaman por el mismo caso, y para el ya estaba cerrado.Hace sonar los huesos de su cuello, y toma su teléfono una vez más para llamar a su compañera Reina. — ¿Reina? Si, lo he escuchado. Necesito que encuentres algo en
"Las verdades se dicen a la cara, no a las espaldas"—Alex y Angel ya sabían todo tu asqueroso plan, eliminarnos tomar toda la tristeza y lastima de los demás para lograr tener nuestros puestos al final. Te aplaudo yo jamás lo habría pensado, por lo menos no hasta que estos dos. —Señalo a sus amigos, —me lo explicaron con calma.—Que patéticos, —murmuró. —Si creen que con esto me van a hacer cambiar de opinión y que vaya a entregarme están locos.—No más que tú, —comento Angel molesta. —Te creo que nos hayas querido eliminar a nosotros porque casi no compartíamos gustos similares pero... ¿Y Helen? ella no te hizo nada, en cambio siempre estuvo allí para ti. ¡Eres un asco de persona! —Estaba comenzando a perder su cordura y era algo que nadie deseaba ver.&m
"No fuiste tú, fueron ellos"Era la noche más esperada del momento, solo quedaban unas pocas horas para despedirse de aquellas personas que le causaban distintas emociones. Lisa se encontraba en casa preparándose, en definitiva era algo que no iba a perderse por nada del mundo había pasado la mayor parte de su adolescencia deseando todo lo que en ese momento tenía.7:30 pm. Casa de los Robins.—Mamá te he dicho que no estoy lista cuando lo este, te avisare. —Arroja el teléfono a su cama, y suspira de manera pesada. Busca entre sus gavetas aquel maquillaje que su madre le dio como obsequio por sus calificaciones, mientras aquella persona la observaba desde su armario.¿Cómo podía ser su madre una persona tan molesta en estos momentos? Sus constantes preguntas sobre su color de camisa, cabello o maquillaje la enfurecían, la amaba
"Nosolosonsueños,sonsombras"—Cariño te busca el Detective. —La rubia se movió entre sus sabanas desgana y se levantó para arreglarse.Tomo unos minutos de su tiempo para mirarse al espejo, tenía un rostro fatal las ojeras se apoderaron de ella al igual que el color morado de las mismas.Suspiro profundo y procedió a salir luego de colocarse un top rojo brillante con un jeans ajustado. —¡Lisa! ¡Apúrate! —chillo molesta y pateo un oso de felpa que estaba en su camino. Al bajar por las escaleras noto como el Detective conversaba con su madre de una manera muy exasperada.—¿Qué quiere ahora? —comentó. Sus muecas de desagrado y su tono nada sutil delato su molestia.—Quiero hablarte sobre ciertas cosas que hemos descubierto, —ya a unos pasos del Detective le hizo se&nti
"CasoCerrado"El constante pitido de una maquina logra sacarme de mi ensueño y me retuerzo en mi lugar, abro poco a poco mis ojos para adaptarme a la tenue luz de la habitación en la que estoy, al estar con la visión clara me doy cuenta en el lugar donde me encuentro.—Unhospital,paraserexactoenlahabitacióndeuno. —Me es incómodo darme cuenta que algo salió mal, muy mal.Escucho a alguien bostezar a mi lado y mi vista recae sobre esa persona. —Brenda,miexesposa, —Limpia sus ojos para luego al igual que yo hace unos momentos adaptarse a la luz.—¡Estas despierto! —Su voz calmada y pacifica inunda mis oídos, solo ella tiene ese poder de tener una voz armoniosa aun estando triste o molesta.—¿Qué sucedió? —quie
"Stop, ¿Quién cazaaquién?"Me coloco un tapabocas y entro empujando la puerta, tras de mi viene mi compañera y cuatro oficiales más. Caminamos tratando de no respirar el gas, los ojos me comienzan a arder y noto que algo cae del techo.—¡Cuidado! —gritan tras de mí, me volteo notando que hay un oficial caído. Me acerco rápido y veo como esta inconsciente con un pedazo de roble en llamas sobre su cuerpo.Reina me hace señas para que siga mientras entran más oficiales y sacan al noqueado. —¡La casa está en llamas! —grito, toso un poco y tapó mi boca de nuevo. No tengo ni la más mínima idea de en qué momento la casa se comenzó a incendiar y no me detendré a pensarlo, escucho un grito agudo proveniente del segundo piso, dejo al grupo dirigirse a la cocina y me enca
Último capítulo