Capítulo 1389
El jet lag, sumado a la preocupación, la tuvo en vela hasta el amanecer. Solo entonces, medio adormilada, a Luciana empezó a darle sueño.

Pero Lucy fue a despertarla.

—Luci, despierta.

Le costó abrir los ojos; la cabeza le latía.

—¿Te sientes mal? —Lucy le apartó un mechón de la frente—. Toca aguantar un poquito: levántate a desayunar, resiste hasta el mediodía, duermes una siesta y así por la noche ya te acomodas al horario.

Si no, con el reloj biológico volteado, sería peor.

—Ajá —asintió Luciana, dejándose ayudar.

Lucy la atendió como a una niña: lavada de cara y peinada, sin dejarla hacer nada.

—Yo puedo sola… —se apenó Luciana.

—No pasa nada, tú cepíllate los dientes —dijo Lucy, y aprovechó para peinarla.

Al ver el corte corto, murmuró:

—Recuerdo que de chiquita amabas el pelo largo. ¿Ya no te gusta?

Luciana no quiso explicar el porqué de su pelo.

—Estoy muy ocupada; corto es más práctico.

—Claro —Lucy sonrió con orgullo—. Mi Luciana, toda una doctora.

Se puso de pie y señaló el r
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