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Engendro del Mal

Engendro del MalES

Crimen
Pachecole  Completo
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34Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

RealidadCrimenPsicópataDetectiveDramaamor-odioMistério

Marcos Bórrelo, investigador de crímenes es presionado por Rebeca, su esposa, para que renuncie a su trabajo.; Al mismo tiempo en que es comisionado para esclarecer una cadena de crímenes cometidos por un asesino serial. Con la resolución del caso descubre que fue víctima de una conspiración que lo conduce hacia un fatal desenlace.

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Último capítulo

  • Capítulo XXXIV

    A medida que fueron pasando las semanas de diciembre, Borrel fue conversando más seguido con Luis Carlos. Pero, también hizo contacto con algunos excompañeros de la División de Homicidios y, lo que antes eran solo sospechas y datos aislados, se fue convirtiendo en evidencia de que efectivamente entre Rebeca y uno de los directivos de la institución existía una relación sentimental. Le informaron que algunos de sus antiguos jefes estaban enterados y que entre ellos fraguaron la conspiración en su contra para que les dejara el campo libre. Pero, todavía no tenía claro quien o quienes, hasta que llegó ese veinte de diciembre.Era el día de la fiesta de fin de año de la institución. Una vez habiendo averiguado el lugar donde se realizaría la recepción, Borrel viajó desde Córdova para llegar a la capital. Su pretexto del viaje, según dijo en la deleg

  • Capítulo XXXIII

    Llegó el mes de noviembre y dieron de alta a Berenice. A Borrel le preocupaba que ella notara su inquietud y dejó pasar los días. En cuanto pudo se presentó en el que fuera su antiguo apartamento y salió a atenderlo la misma señora que cuidaba a Luis Carlos cuando estaba pequeño. Vio a Luis Carlos y conversó con él por poco tiempo, fingiendo una alegría que realmente no sentía. Porque se había acercado hasta allí impulsado por la curiosidad de saber y no por el interés de verlo.Durante ese mes en que permaneció en la capital, tuvo el tiempo suficiente para conversar con mucha gente que lo conocían a él y a Rebeca y fue descubriendo la madeja que a su alrededor se había tejido sin él saberlo. Cuando hablaba por teléfono con Rosa Amalia, evitó hablarle de estas cosas y centraba la conversación en la recuperación de su

  • Capítulo XXXII

    En los días siguientes a la detención de José Alfredo Cedeño, alias El Billy, hubo cierto júbilo, por el esclarecimiento de los hechos y la captura del autor material de los mismos. La delegación fue visitada por el gobernador del Estado, los directivos de la institución y por representantes de los medios de comunicación regional y nacional. Hubo ruedas de prensa en la que fueron formuladas y se respondieron muchas preguntas. Todos celebraban que los casos se hubieran resuelto. Pero, para Marcos Borrel, esta celebración estuvo opacada por el recuerdo de la muerte de su amigo.Los demás miembros de la Brigada de Homicidios se habían unido a las celebraciones. Hubo reconocimientos públicos y ascensos por méritos. Borrel sólo recibió la felicitación por escrito porque tenía poco tiempo de haber ascendido. Total, a él eso en ese momento no le importa

  • Capítulo XXXI

    Marcos Borrel, en la tarde del tercer día, con todos los elementos que constituían el perfil criminal, trató de reunirse con los que él consideraba que conformaban su red de informantes, llevándoles ahora información más precisa. Por otra parte Borrel visitó de nuevo cada uno de los recintos turísticos donde se suscitaron las muertes y volvió a entrevistar a propietarios y empleados sobre la posibilidad de trabajadores o reparadores de áreas que cumplieran con el perfil. Se dedujo que debido al incremento de la población flotante en temporada alta, todos habían contratado ocasionalmente trabajadores que encuadraban dentro del perfil. Así se obtuvo varios retratos hablados de trabajadores furtivos y algunas fichas de identificación, pero sin fotografías.Dichas fichas fueron sometidas a análisis y se localizaron a algunos de los sujetos que aparecían en

  • Capítulo XXX

    Los Laurence - Renault, se habían alojado en un “aparto – hotel” de tres habitaciones, que como único medio de acceso tenía una puerta metálica con pines de seguridad y usaba tarjeta magnética como llave de acceso, las cuales se codificaban en la recepción. La puerta no presentaba signos de violencia, lo que implicaba que el o los autores habían utilizado una llave o les fue abierto desde adentro. Esta era una de las primeras incógnitas que rondaban en la mente de Marcos Borrel.Los cadáveres fueron encontrados, cuando las mucamas del piso pasaron para cambiar las toallas de baño, labor que realizaban diariamente, siendo sorprendidas al ingresar al apartamento, por lo que dieron parte a la recepción. Los cuerpos, yacían en dos áreas: en una habitación pequeña, sobre una cama, se encontraban las dos niñas vestidas con batas de dorm

  • Capítulo XXIX

    En la Delegación del Estado de Barajos, se recibieron en el transcurso de esos días, al final de las tardes y en la noche, un total de seis llamadas telefónicas de tres personas diferentes, tratando de hablar con el Detective Bertinelli y cuando les informaban que este había fallecido hacía ocho meses, se sorprendían. Esto sucedía porque la prensa local, cuando reseño sobre su muerte, informaba sobre el fallecimiento de un Detective de nombre Manollo Di Lucca Benavente, o simplemente el Detective Di Lucca. Luego, los que llamaron pidieron hablar con el Inspector Marcos Borrel. Pero, en las ocasiones en que se dieron las llamadas Borrel no estuvo presente y los funcionarios que estaban de guardia olvidaron informarle. Total, las personas que llamaron no dejaron ningún mensaje en concreto para él. Sólo dejaron dicho los nombres de quienes le habían llamado.El Cuarto día de estad&ia

  • Capítulo XXVIII

    Transcurrieron los días y en la mañana del 28 de agosto del 2012, en la costa occidental de la península de Calbos Torrentes, a unos 30 kilómetros del hallazgo anterior, fueron encontrados en el interior de una habitación del Hotel Turístico Walkidia Mar, en el Balneario Punta Larga, otra familia de turistas asesinados. En esta ocasión se trató de un grupo familiar de origen francés: Charles Laurence de 38 años de edad, su esposa, Clearise Renault de 30, junto con sus dos hijos, Isabella y Candice, de 11 y 9 años respectivamente. Según el reporte recibido de la policía local, señalaba que los cadáveres se encontraban en sendos charcos de sangre, presuntamente apuñalados. Los cuerpos fueron hallados por las mucamas que hacían el cambio de lencerías.Si había existido alguna duda de que se trataba de un asesino en serie, la hipótesis,

  • Capítulo XXVII

    Apenas llegó el mes de marzo, Leo, el abogado, lo llamó para informarle que ya se había decretado el divorcio y que se procedería con las ventas, por lo que en los próximos días podría recibir en su cuenta personal la transferencia por el monto que le había correspondido en la negociación. Que fuera buscando en que invertirlo. Borrel no volvió a hacer preguntas. Sólo pensó en que Bertinelli le dijo que la ciudad de Córdova era un buen lugar para comenzar de nuevo. A él le parecía que todo Barajos, aunque en la Península todo era más costoso. Pero, aún no sabía de cuanto iba a disponer, por lo que decidió esperar antes de ponerse a buscar.A finales de ese mismo mes, Borrel recibió una llamada de Rosa Amalia, quien quería saber de Raley. Fue directa al decirle que antes sabía del perro y de él por in

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  • Locura
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34 chapters
Capítulo I
Engendro del Mal/Pachecole
Aquel hombre, con el rostro desfigurado por la ira, caminó con pasos firmes el espacio que lo separaba de aquellos: la razón de su vida incierta. Se iba aproximando hasta donde ellos estaban. Lo impulsaba la decisión tomada sin pensar en las consecuencias. Sólo tres disparos le bastaron al destino para trastocarle la vida a los presentes y para generar un trauma imposible de borrar.  Desde hacía muy poco tiempo que en su mente se había fraguado la idea. Sí. La idea quizás era un engendro, como también lo habían sido los actos a partir del cual se definirían sus fatales resultados. Hubo la predisposición y la oportunidad. Se escucharon tres tiros cuyos  impactos fueron certeros, Los sonidos, cual eco,  se escucharán durante mucho tiempo en la mente de los que allí se encontraban presentes, dando pie a la reconstrucción de esta y otras historias.Tres
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Capítulo II
Engendro del Mal/Pachecole
Para Marcos Borrel eran muchas las circunstancias que incidían en los trastornos de conductas que llevan a las personas a cometer delitos.Meditaba en que al estudiar detalladamente las conductas del hombre común, se podría lograr definir, detectar y contener futuras conductas criminales. Le apasionaba a Marcos Borrel meditar sobre los temas relacionados con aspectos que todavía la criminología moderna no había dado respuestas, los cuales se posesionaban en su mente durante los periodos de insomnio.Borrel no había podido dormir bien. Ya tenía dos semanas así y no sabía por qué. Pero, algo en su interior lo inquietaba.Aunque de noche lo asaltaba el insomnio, de día lo dominaba el cansancio y en ocasiones se quedaba dormido por poco espacios de tiempo, frente a la máquina de escribir o de los folios de un expediente, despertándose mal humorado y por supuesto sinti&e
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Capítulo III
Engendro del Mal/Pachecole
Marcos Aureliano Borrel García, nació un 20 de marzo y era el menor de cuatro hermanos, dos hembras: Marisol y Marlene; y dos varones: Miguel y Marcos. Marisol era la mayor, después venía Miguel, le seguía Marlene y por último Marcos. Se llevaban dos años entre ellos. Su padre (Luis Marcos), fue un hombre amoroso que se dedicó al comercio y  murió de un infarto fulminante cuando él tenía 14 años de edad. Su mamá, Berenice García, era una amorosa ama de casa, a quien él reconocía que le debía todo lo bueno cuanto tenía en la vida. Ella se esmeró en darle amor y una educación familiar que lo había convertido en lo que era hoy en día. A Marcos Borrel, le gustaba la música y leer poesía. Tenía en su casa una vieja guitarra que fue el último regalo que le hizo su padre el mismo año en que murió. Él, a veces tocaba una que otra canción o se distraía leyendo.  Había leído a los clásicos de la literatura universal. Pero sus poemas preferidos eran: “Líquida Existencia”<
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Capítulo IV
Engendro del Mal/Pachecole
Pasaban las cinco horas de la tarde del mismo día en que fue comisionado, cuando Marcos Borrel llegó a Barajos. La Delegación estaba ubicada en una moderna edificación de cinco pisos, muy cerca del centro de la ciudad de Córdova. Con su llegada, se dio entrada por novedad e inmediatamente fue llevado ante la presencia del Jefe de la Delegación, Comisario Walter Briceño. Este lo recibió con un dejo de indiferencia. — ¿Vienes solo o acompañado? — preguntó. — Solo. — ¿Tienes dónde quedarte a dormir? — No. La verdad es la  primera vez que vengo a Córdoba. Me dijeron que en la Delegación tienen un dormitorio para funcionarios. — Sí. Pero, no hay tendidos para las camas. — No hay problema, yo traje. — Entonces quédate por allí. Después le giró instrucciones al funcionario que llevó a Borrel ante él, para que lo  condujera al dormitorio. Cuando ya iba saliendo de la oficina le dijo: — Aquí hay un comedor que
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Capítulo V
Engendro del Mal/Pachecole
No obstante a las hipótesis, la investigación que desarrolló el cuerpo detectivesco de la región arrojó que el motivo de los asesinatos era desconocido. Para las autoridades quedaba en evidencia que la motivación del asesino o de los asesinos no era el dinero, por cuanto en el lugar estaban entre sus pertenencias, el dinero, las prendas, cámaras fotográficas y otros objetos de valor que llevaban consigo, lo cual descartaba la hipótesis del robo o la motivación económica. Los investigadores locales consideraban que de haber sido el factor económico, el autor pudo o los autores pudieron secuestrar a un miembro de la familia para pedir rescate. Por lo tanto, se consideraba que debía existir una razón más poderosa para causar dichas muertes, concluyéndose en que la hipótesis más probable debía ser el ajuste de cuentas, o que quizás algún tipo de problema en su país de origen los habría seguido hasta allí, ya que no  era la primera vez que estos turistas se habían alojado en dicho l
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Capítulo VI
Engendro del Mal/Pachecole
Marcos Borrel en todo momento intentaba que el recuerdo de su hijo y la imposibilidad de comunicarse con él, no lo distrajeran de la concentración que requería para el caso que investigaba. Rebeca, desde hacía cierto tiempo, lo venía presionando para que renunciara a su trabajo como investigador de crímenes. Después de exigírselo por casi año y medio, le puso como ultimátum un plazo que consistió en que, antes de que llegara diciembre del año anterior, debía renunciar, de lo contrario lo abandonaría.Transcurrido el plazo fijado, ella cumplió con su amenaza y se fue del apartamento en el que vivían en la Prolongación Longaray en El Valle, yéndose a refugiar en la casa de sus padres, en la avenida Sucre de Bello Monte. Luego de varias semanas de negociaciones infructuosas, por su decisión de no querer renunciar, ella decidió, para ejercer
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Capítulo VII
Engendro del Mal/Pachecole
Cuando se aproximaban los últimos días del mes de diciembre y Borrel sacó cuenta de que habían transcurridos más de tres meses del hallazgo de los cuerpos de los Conrad – Walmarson, pensó en que aprovecharía su viaje y estadía en la capital para presentarle a su Jefe un informe detallado sobre las diligencias que se habían practicado y de exponerle el cómo junto con los investigadores locales, habían llevado el caso. Aprovecharía para expresar su consideración personal del por qué pensaba que el caso se podía estar estancando. Creía que con esto lograría decepcionar al Comisario  Arteaga, y por ello podría ser removido de la comisión, debido a que había fracasado y no tendría sentido mantenerlo destacado en dicha delegación y por ende sería devuelto a la ciudad capital. Pero, a pesar de no haber resuelto el caso y
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Capítulo VIII
Engendro del Mal/Pachecole
Con los primeros días de enero, Borrel regresó a la ciudad de Córdova y trató de concentrarse en el trabajo. Al final de las tardes se iba al cine o algún teatro para matar el tiempo viendo alguna función, si no, entraba en alguna tasca y se tomaba uno o dos tragos, fumaba unos cuantos cigarrillos y luego se iba a dormir a la delegación.En el teatro, al bajar el telón, o en el cine al terminar las películas, regresaba el vacío. Borrel se sentía desesperanzado. Después de regresar de la capital, ya Rebeca no quiso atender más sus llamadas. En otro viaje de fin de semana que realizó, fue hasta la casa de sus suegros y la señora Aurora lo atendió a través del ojo mágico, por lo que esta vez tampoco pudo ver a su hijo. Se sintió tan abatido que ni siquiera visitó a Berenice para que no lo notara y al volver a Córdova, se dirigió
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Capítulo IX
Engendro del Mal/Pachecole
Al amanecer con la idea fija en su mente acerca de la necesidad que tenía de crear una red de informantes y, sobre la base de su recuerdo de aquellos primeros días en aquel lugar, en los cuales notó que dentro del grupo de investigadores, había un Detective muy sociable que llamaban Bertinelli, quien incluso el día anterior se había mostrado más hablador que los demás días. Decidió ganarlo a su favor. Borrel lo abordó temprano, apenas lo vio llegar y como pretexto para lograr un mejor acercamiento, le dijo que lo llevara a donde vendieran las mejores empanadas y el mejor café del lugar. Le prometió pagar el desayuno y el almuerzo de ese día. Bertinelli aceptó llevarlo y habló con uno de los funcionarios que estaba entregando guardia y se dieron salida por novedad en una unidad disponible de la Brigada Contra Las Personas y lo condujo hacia un sector del mercado munic
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Capítulo X
Engendro del Mal/Pachecole
Cuando Borrel conoció a Bertinelli, este era un joven que recién había cumplido los veinticuatro años de edad, media 1,65 de estatura, de piel trigueña clara, con cabellos y ojos de color castaños. Conservaba el aspecto de un muchacho regordete y bonachón, que representaba tener menos de veinte años y mostraba una actitud de aparente timidez, siempre adornado con una leve sonrisa un su rostro que hacía que cayera bien.Bertinelli, desde niño quería ser policía porque tenía cierta afición por las armas de fuego, por eso al salir del bachillerato convenció a su papá para que lo dejaran presentar en la Escuela de Formación de Detectives del cuerpo detectivesco. Se graduó de Detective y poseía una antigüedad de tres años y medio en la jerarquía. Pero, no parecía serlo. Cualquiera lo confundiría con un pasante para me
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