Capítulo 1220
Alejandro seguía de frente a ella, retrocediendo paso a paso. Al ver que Luciana no se movía, hizo un gesto con la mano.

—Entra ya. Es muy tarde.

—Ajá.

Luciana no podía hablar; solo asintió. Se dio vuelta y cruzó hacia el patio de la villa.

Mientras miraba su silueta alejarse, la luz en los ojos de Alejandro se fue apagando, poco a poco. Cuando la perdió de vista, su expresión quedó vacía.

De espaldas a él, Luciana no se atrevió a mirar. Caminó recto hasta la sala y cerró la puerta metálica.

Entonces se le vino el peso encima: apoyó todo el cuerpo contra la hoja, la mano en el picaporte temblándole sin control. En la otra, apretaba el frasco de medicina que él le había dado.

Esa noche volvió a despertarse de golpe y terminó en el baño, vomitando hasta quedarse sin fuerzas.

Lo sabía: era cosa del corazón.

Cada vez que veía a Alejandro, le pasaba lo mismo…

Y esa herida no tenía cura.

A un hombre así no lo volvería a encontrar.

Un amor así tampoco.

***

Alejandro no esperaba recibir una ll
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP