Capítulo 1118
La reanimación había sido crítica, pero, superada la fase aguda del veneno, lo peor ya había pasado y, con su buena condición física, se esperaba una recuperación rápida.

Aun así, tardaría un tiempo en despertar.

Luciana se negó a separarse de él, de modo que los Muriel gestionaron para que ella se quedara en la misma habitación.

Ellos dos curaban cuerpo y alma dentro; Juan y Simón montaban guardia afuera.

—¿Y si no despierta pronto? —murmuró Juan.

—Necesita filtrar todo el tóxico, no es enchílame otra —respondió Simón.

—Solo pienso que, si abre los ojos antes, festejamos antes.

—¿Tú con prisas? —el otro soltó una risita—. Que duerma; cuanto más, más remordimiento le quedará cuando recuerde el susto que nos dio.

Dentro del cuarto, el móvil de Luciana vibró. Pensaba ignorarlo, pero al ver el nombre Martina contestó.

—¿Martina?

—¡Al fin! Intenté mil veces. Salvador me dijo que algo te pasó. ¿Estás bien? ¿Cómo demonios se te ocurre irte de vacaciones y terminar en un lío? ¿Quién rayos qui
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