¿Solo compañeros? ¿Sabrá Enzo que Luciana es hija de Lucy? Difícil creer que lo ignorara.
La irrupción de Enzo en la vida de Luciana era demasiado oportuna, como planeada.
Si su buen trato se debía a que era hija de una vieja amiga, aquella amistad debía de haber sido profunda.
Entonces su cercanía no podía ser inocente.
El pensamiento lo dejó helado: Enzo era peligroso.
—¿Señor Alejandro?
Él recobró el aliento.
—Felipe, es el mismo Enzo. Sigue investigando.
—Entendido.
Colgó. El agua del baño cesó y Luciana salió con pijama y turbante, sentándose ante el tocador para su rutina nocturna.
—Luciana…
Alejandro sopesó cada palabra; había decidido contárselo.
No por otra cosa: al menos quería que tuviera cautela con Enzo.
—¿Hmm?
Luciana se aplicaba tónico frente al espejo.
—Hay algo que quizá ya sepas.
—¿Qué cosa? —respondió sin girarse.
Alejandro, desde la cama, la observó en el reflejo—:
—¿Tu mamá estudió un tiempo en la Universidad de Toronto?
—¿Qué?
Luciana se volvió, sorprendida—:
—Sí…