Mario una persona de 21 años con una sensibilidad e inteligencia increíble, lo lleva por un camino singular, al mismo tiempo se ve obligado a cambiar y dejar sus escrúpulos a un lado, mientras concilia su nuevo estilo de vida tendrá reprimir sus impulsos ante sus conocidos e intentar tener una doble vida sin sospechas.
Leer másNo era una mala idea, pero tampoco les terminaba de convencer esta actitud, la mayoría de las personas no son buenas con otros sin que quieran algo a cambio, así que al principio sin emocionarse fueron a distraerse y apenas y pidieron algo.Todos disfrutaban del ambiente, esperaban que nadie dañara el ambiente más de lo que ya estaba, se animaron y empezaron a descontrolarse un poco, excepto Mario y Andrés, que tenían temas pendientes para conversar.Entre los dos sentados en una mesa empezaron la disputa.- ¿Qué es lo que quieres aquí? – dijo Mario.- ¿No te enseñaron a respetar a los mayores? – preguntó Andrés.- No te confundas, no te tengo respeto a ti – respondió Mario.- Pensaba que porque fuimos víctimas del mismo asesino podríamos llevarnos bien – expresó Andrés.- Eso pudo surgi
Astrid nunca pensó en las reacciones de los demás, solo quiso ser egoísta y poner a su expareja en frente de la persona que lo pretendía, pero esto era más que solo verse una vez más, para Mario era ver al padre de dos personas que había matado, estaba en un estado inconveniente en el que debía tener cuidado con sus palabras o este tipo se pondría como Kique a buscar, y aunque a Mario le fastidie, no lo podría matar, porque así un nuevo caso se convertiría ahora si en el sospechoso central.Llegaron y de lejos todos se percataron de la persona extraña que venía con ellos, por su lado Doménica caminaba cabizbaja porque no sabía que decir o que hacer para que todos no reaccionaran de esa manera, nunca se imaginó tal problema.- Gritó Astrid – ¡Amigos! El se va a unir a nuestro festejo.Daniel que lo conocía, se enoj&oacut
Al paso de unas horas, ya estaban muy animados, se olvidaron de todas sus preocupaciones y el estrés acumulado, unos estaban ya en un estado peor que otros, pero no les importaba nada, era esto un antes de la verdadera experiencia.Para las 3 de la mañana todos, ya habían caído rendidos y dormidos, para Carlos fue un alivio por el ruido que estaban causando a todo momento, escucharlos cantar y la música a todo volumen, lo distraía un poco al conducir y también fue por la tentación al tener que estar a un costado de la diversión, por lo general no le gustaba perderse esas experiencias.Transcurrieron las horas de camino a su destino. Para cuando llegaron todos se seguían sintiendo ebrios, con dolor de cabeza y algunos sin importarles en algo este efecto secundario, continuaron tomando, esta vez se les unió Carlos ya en el hotel y los demás se concentraron en lo que querían hacer e
- No me parece que mi padre sea muy valiente, sé que le afectó mucho, pero también sé que huyó del mundo porque no quería creer que la realidad era tan sombría, no me puso ni de excusa para seguir, fue algo egoísta, pero no lo culpo, todos tenemos algo que nos mortifica en vida – comentó Mario. - ¿No les tenías más afecto? – preguntó Astrid. - Nunca pasé mucho tiempo con ellos, siempre estaban los dos, a pesar de ser su hijo único se limitaron a tratarme como su segunda opción siempre – respondió Mario. - Ahora veo porque eres tan frio con todos – expresó Astrid. - ¿A qué te refieres con eso? – preguntó Mario. - Cómo eras hijo único pues, creo que por eso también lo eres, nada más – dijo Astrid. Esa tarde dejaron de hablar mucho, dejaron que el silencio consuma todo lo incómodo, de hecho, no hablar los hacía sentir mejor y esto era porque sus realidades eran muy diferentes a este punto, los dos conocían parte de lo que es el sufrimient
- No se si sentirme afortunado o no, aunque esa respuesta es muy general, todavía me quedan dudas – dijo Mario.- No abuses de tu situación, te respondí lo mejor que pude por estos momentos – respondió Astrid.- Está bien, ¿no tienes nada que decirme? Siento que puedo responderte algunas preguntas – expresó Mario.- Tengo demasiadas y quiero saber ¿Cómo vives sin trabajar? ¿Tus padres eran ricos? ¿Algún familiar tuyo está a cargo de ti? ¿No hay algo más que me ocultes? – preguntó Astrid sin parar.- ¡Vaya! Esas si son muchas preguntas, bueno trataré de responderlas todas – dijo Mario.- Okay ¡Empieza! – comentó eufórica.- No tengo a ningún familiar que se haga cargo de mí, tampoco es que mis padres tuvieran tiempo para decirles, me las he arreglado
Ella ya había hecho su parte, por lo cual era creyente de que iba a aceptar, conocía la personalidad de Mario muy bien como para que la rechazara, nada había salido como pensó, sin embargo, ella tendría una sorpresa para todos para su viaje.Volviendo a su presente, los dos entraron a dicho lugar y atrás de una ventana muy grande, la verdad se estaba revelando, su padre aislado del mundo y de su entorno, con una consciencia vaga y sin distinguir siquiera si había algo de qué preocuparse, olvidó que tenía un hijo y tenía frecuentemente alucinaciones donde veía a su esposa pasar por algo que nadie quiere ver.Los ojos de Astrid mostraron sorpresa y hasta parecía tener terror a lo que veía, en primer lugar, nunca pensó ir a un lugar como ese, que de por sí ya la tenía angustiada y con lo que acontecía, no pudo ni distraerse a gusto en el camino.
Último capítulo