— Lo siento si tenías esperanzas de que te besara a ti.
Leo le echó en cara a Arturo, ante los vítores y risas de los demás, y me tomó del brazo para arrastrarme a la salida, apenas tuve oportunidad de despedirme de Valeria con un gesto de la mano.
Tuve que pedirle dos veces que fuera más despacio o me iba a hacer tropezar.
Conforme nos alejabamos del bullicio y bajaba mi nivel de alcohol en sangre, el peso de las consecuencias de mi acción me fue cayendo encima.
¿Cómo mierda fue que se me ocurrió besarlo? Y no es que hubiera preferido que me rechazara frente a todos sus amigos, pero ¿En qué mierda estaba pensando él al corresponderme?
Ok, no, yo no lo había besado de verdad, no existía forma de que hubiera besado de verdad a mi bully (que además tenía una relación seria con mi mejor amiga), y por lo tanto él no correspondió nada y no teníamos motivo alguno para sentirnos culpables ni le habíamos faltado al respeto a Sofía.
Íbamos a mitad del trayecto de regreso y Leo no se había