Capítulo 480
César y Ricardo entraron juntos a la habitación.

Marina los miró, les echó un vistazo rápido y no dijo nada. Fastidiada, se dio la vuelta y les dio la espalda.

—Oye, come un poco de fruta, te va a hacer bien —dijo Marina con un tono distante.

No trató de ocultar su molestia hacia César, y dejó claro su desprecio con su actitud.

Perla tomó el tazón y, aunque antes había mucha gente, ahora le costaba hablar por la garganta irritada.

—Querida, sal un momento, necesito decirte algo. —Ricardo tiró suavemente de la manga de Marina, hablando en voz baja.

Marina lo esquivó y, sin mucho ánimo, respondió:

—¿Salir? ¿No puedes decirlo aquí? ¿Tienes miedo de que te digan algo por los problemas que causaste?

La segunda parte de su comentario claramente iba dirigida a César.

Ricardo miró a su amigo con una expresión que pedía disculpas, pero no esperaba que César le prestara mucha atención. Su mirada estaba completamente fija en Perla, como si no le importara lo que pasara a su alrededor.

Ricardo se
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