Al escucharla decir eso, César no insistió más, se subió al carro y se fue de una vez.
Al llegar al hotel que había reservado antes, justo al bajarse del carro, fue a la recepción a recoger la tarjeta de su habitación.
Teresa, que iba en el carro de atrás, también llegó. Al encontrarse en la recepción, Teresa dijo:
—César, si hubiera sabido que también te quedas en este hotel, habría aprovechado para ir contigo.
Era una coincidencia que ambos estuvieran en el mismo hotel, y aún más que sus habitaciones estuvieran una al lado de la otra.
Teresa se apoyó en la puerta, se volteó hacia él y le preguntó:
—César, ¿por qué no cenamos juntos esta noche? Sé de un restaurante cerca con comida deliciosa.
César, ya medio dentro de su habitación, respondió con indiferencia para rechazarla:
—No puedo, tengo que ir a un evento esta noche.
—Entonces puedo ir... —Teresa no terminó la frase cuando la puerta de la habitación de César se cerró de golpe.
Rajiv y la asistente Clara actuaro