Comienza El Juego
Helena parpadeó aturdida.
- ¿Mañana?
- Sí. Y esta noche dormiré en tu casa.
Helena dejó la pluma sobre la mesa y se cruzó de brazos.
- Disculpa, ¿Qué?
Alexander sonrió con la calma de un hombre que ya había ganado la partida.
- Se supone que soy tu novio y te estoy cortejando. - dijo con tono despreocupado - El chico va a ver a la chica a su apartamento, la seduce y duermen juntos.
- ¿Eso crees? - lo interrumpió Helena, divertida.
Él se inclinó hacia ella con una sonrisa traviesa.
- Si lo hacemos formal, como una cena de negocios y luego una habitación de lujo, se verá demasiado serio. No creíble. En cambio, si esta noche paso en tu casa, el mensaje será claro: esto es real.
Helena exhaló lentamente, analizándolo. Sabía q