Ceder un poco...
Grace empezó a desempacar el último traje y sus ojos se abrieron de par en par al ver que no era para nada adecuado ese conjunto y regresar a la fiesta. “Debe de ser una broma” pensó. Sus dedos acariciaron la tela que se encontraba aún dentro de la funda.
— ¿Está todo bien? —Grace se exaltó al escuchar la voz de Edward detrás de ella, cuando se giró en su dirección, estaba cerrando la puerta detrás de él. Pudo notar sus comisuras evitando ser alzadas y mostrar una sonrisa pícara.
—Estoy algo…—se aclaró la garganta—Algo, confundida. —y se repuso, intentando que sus mejillas no se enrojecieran más de lo que ya estaban. Edward sí que estaba disfrutando como se había puesto al ver la ropa interior para la noche de bodas.
— ¿Confundida? —hizo esa pregunta Edward casi a punto de sonreír.
—Sí, confundida. —la actitud de Grace dio un giro, como si sintiera que se estuviera burlando de ella, y ya en su vida le habían hecho bastante como para que Edward se sumara a la lista. Se cruzó de brazos y