Andrei
La oscuridad ya no se llamaba así, sino Elise Sangster, el nombre de mi universo entero. Con fascinación, descubrí que ni estando muerto ella dejaba de ser mía, que podía tratar de volver a la luz para recuperarla y arrastrarla de regreso a mi lado.
¿O tal vez no estaba muerto? No lo sabía con certeza, pero eso no importaba. La tendría de regreso, ya fuera en esta vida o en otra.
—Está por despertar —dijo una voz grave, a la que me costó reconocer—. Está teniendo un buen progreso.
—Debiste dejar que se muriera, es un monstruo.
—Es tu hermano, Iria —la reprendió Zyran—. Él jamás te ha hecho nada.
—No, Zyran, pero las cosas que hizo fueron horribles, y traicionó a Sonia de la peor manera —gruñó.
Mi patética hermana siempre fue demasiado moralista, y por eso la había enviado a un colegio muy lejos. Era una lástima que sería lo primero que viera una vez que me despertara.
—Sonia tenía un amante —le recordó Zyran, con calma.
—Eso no quita que él tuviera escondida a esa chica y