Eva
Damián pidió que nos dejaran solos y lo enfrenté.
—Damián, conozco bastante a los lobos como para no darme cuenta de qué es lo que está sucediendo, te quedas viendo a la chica como un tonto y actuaste rápidamente para salvar su vida…— digo, pero él me interrumpe sin siquiera pestañear.
—Ella es mi mate destinada, y sé lo que estás pensando. Pero ella es humana, y tú sabes muy bien lo que piensan en Sombras de la Noche de los humanos. Arriesgaría mi posición. La única forma de cambiar todo eso es yo convirtiéndome en alfa.
Oh, vaya. Si, eso… demonios.
—¿Piensas rechazarla? ¡Por la diosa, esto no puede estar sucediendo de nuevo!.
—¡Por supuesto que no!. Solo necesito… ganar— explica.
—Esto no es bueno, esto ha pasado antes, y trae problemas— digo caminando de un lado a otro.
—Lo sé…
—Entonces, ¿ella no lo sabe?
—No por ahora, y te pido que no sea así.
—Maldición…
La chica era fantástica, de lo poco que había conocido, y ahora entendía las palabras de Nora.
—Pero hay algo que no enti