Capítulo 13.4: Ecos de culpa.
Ante las palabras de su lobo Dante apretó los puños con frustración. Alastor, quien había estado atento a su actuar desde el comienzo del primer ritual, se acercó a él con cautela, sin embargo, en su aura, no había miedo, ni ningún otro sentimiento negativo.
―Te escucho ―dijo con cariño paternal, uno que reconfortó a Dante
―Yo… me siento culpable ―admitió Dante ―Si no hubiera olvidado este sitio… Si tan sólo lo hubiera recordado antes… tal vez… tal vez los cadáveres que vimos antes no serían cadáveres ―dijo apretando los dientes con fuerza ―Tal vez… Nael y Lira… ―
―No puedes culparte por eso muchacho ―
―No puedo evitarlo ―gruñó Dante ―Aun sabiendo tu historia, aun sabiendo sobre Tabatha y Samael, confié en una hechicera de Arcadia, la permití ver a través de mi alma, la dejé manipular mi mente… Diosa, si tan solo hubiese seguido mis instintos… si tan solo… ―
―Dante ―habló Alastor con firmeza ―Tabatha Mendel era una experta manipuladora. Ella jugaba con la mente de todos a placer, incl