Capítulo 29.6: El rugido de una Luna.
Ante la petición, Alastor miró a Dante, quien asintió antes de llamar a Lysander por medio del enlace. Tras un breve instante, el joven beta abrió las puertas de la sala con cesta en mano.
―Ponla frente a Rebecca ―pidió Alastor, a lo que Lysander obedeció al instante ― ¿Te molesta? ―le preguntó a la mujer
Tras negar suavemente, Rebecca se puso de pie, y, con cautela, sacó a la niña de la cesta. Anna, al ver que la habían vestido con un bonito mono de color pistache pálido, no pudo evitar sonreír. Lucía adorable.
― “Para tener siete meses, parece más pequeña” ―murmuró Atenea
―Eso es porque presenta un grave grado de desnutrición ―explicó Rebecca ―En mi asentamiento, el doctor que la evaluó hizo lo mejor que pudo dándole algunos suplementos y vitaminas, sin embargo, creemos que un tratamiento humano no servirá con ella ―
―Claro que no ―gruñó Gael ―Ella es especial, necesita atención especial ―
―Llama a Julia por favor, dile que venga, que va a revisar a una cachorra híbrida por lo que e