83. LOS RECIÉN CASADOS.
Sonia despertó gruñendo por el sol que entraba por la ventana. Se giró en la cama, tapándose con un objeto duro, negándose a abrir los ojos, por la migraña que estaba sufriendo por el alcohol.
— ¿Por qué no bajé las malditas cortinas? —susurró molesta.
— Porque estabas tan caliente que primero me quitaste la ropa.
Sonia abrió los ojos de golpe al escuchar la voz de un hombre. Entonces, pudo verlo. Levi King estaba desnudo en su cama, pero no era su cama, estaban en otro lugar.
— ¿Dónde estamos?
— Fuera de la ciudad, la villa de mi familia —respondió Levi— Mañana partiremos a Grecia, Santorini o Huawai. ¿Qué te gusta más?
Levi se levantó de la cama, dejando su cuerpo desnudo a la vista de su esposa. Caminó con seguridad hasta meterse al baño, dejando la puerta abierta;
Sonia no pudo evitar admirar el cuerpo de aquel hombre, para después notar que ella también estaba tan desnuda como él. Se levantó buscando su ropa, viendo el desastre que habían hecho la noche anterior.
Ropa, za