28. LOS PROBLEMAS SE SIGUEN COMPLICANDO.
Momentos antes del cambio de turno del hospital, el doctor Fuentes se debatía entre hacer o no lo que Ana le había propuesto un día antes. Sabía perfectamente que Verónica pasaba por aquí cada mañana, bajo el enorme letrero que señalaba la entrada al hospital.
No había nadie, al ser cambio de turno, nadie se encontraba allí. Ni siquiera los pacientes o familiares. Con duda, desajustó aquel letrero, para que con el mínimo movimiento cayera.
Justo cuando acabó, los mismos policías llegaron.
— Buenos días, doctor Fuentes. Al parecer tiene razón, no hemos encontrado nada extraño que indique o lave la culpa de la doctora Cox.
Aquella noticia alegró mucho al doctor Fuentes. Sabía que Verónica podía usar su influencia para limpiarse la "culpa", aunque en esta ocasión Sabía que no había sido la culpable.
— Buenos días, me gustaría decir que me alegra —el hombre puso una cara de tristeza— pero Verónica es mi compañera, espero me entiendan.
— Es un buen hombre, doctor –un poli